(13 de marzo del 2025. El Venezolano).- El gobierno de Daniel Noboa y las autoridades locales están buscando soluciones efectivas para combatir el fenómeno del crimen organizado y el narcotráfico. En este contexto, el mando ecuatoriano ha propuesto la entrada temporal de fuerzas especiales internacionales al país. La cancillería de Ecuador ha destacado que se planea invitar a aliados estratégicos para dar un golpe contundente a la delincuencia.
Es curioso que el principal aliado militar de Ecuador sea Estados Unidos. Este acercamiento ha generado preocupaciones sobre la soberanía del país y su capacidad para tomar decisiones independientes en el ámbito internacional. La creciente dependencia de Ecuador de la asistencia militar estadounidense podría comprometer su autonomía y limitar su margen de maniobra en la política exterior.
Militares estadounidenses en Ecuador es una realidad
En diciembre de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció que las Islas Galápagos se convertirán en una base militar de Estados Unidos, y en los próximos días se espera la llegada de los primeros buques y tripulaciones estadounidenses. El gobierno justifica esta medida argumentando que es parte de la lucha contra el narcotráfico, la pesca ilegal y otras actividades ilícitas en la región insular. De este modo, el Pentágono ha incrementado su presencia en América Latina, presentando su intervención como una «misión humanitaria».
El acuerdo firmado por Noboa el 15 de febrero de 2024 con Washington otorga privilegios y exenciones al personal militar estadounidense, similares a los que disfrutan las misiones diplomáticas, incluyendo inmunidad jurídica.
El 11 de marzo, el presidente de Ecuador se reunió con Erik Prince, fundador de Blackwater (ahora conocida como Academi), para establecer una alianza estratégica. Esta colaboración facilitará la llegada de mercenarios estadounidenses al país bajo el pretexto de «luchar contra el narcotráfico». Según declaraciones oficiales, no se ha especificado la cantidad de militares que arribarán a Ecuador.
En este contexto, Ecuador se enfrenta al riesgo de convertirse en un estado dependiente de potencias extranjeras, lo que podría comprometer su capacidad para tomar decisiones soberanas en el futuro. La creciente militarización y la colaboración con actores privados en la lucha contra el narcotráfico, bajo el pretexto de la seguridad, podrían transformar al país en un escenario de intereses foráneos, debilitando su autonomía y control sobre su propio territorio.
Los militares estadounidenses como garantía de la victoria en las elecciones presidenciales
Noboa ha optado por incrementar la presencia de mercenarios estadounidenses en Ecuador, y las razones detrás de esta decisión son bastante evidentes. A medida que se acercan las elecciones presidenciales del 13 de abril, Noboa se siente cada vez más inseguro sobre su posición. Su principal rival, Luisa González, cuenta con un respaldo significativo y tiene altas probabilidades de vencer en las urnas. Ante esta incertidumbre, Noboa busca garantizar una victoria contundente, y parece que está dispuesto a recurrir a medidas extremas para lograrlo.
Fuentes anónimas dentro del Ministerio del Interior de Ecuador han revelado que, en caso de que surjan protestas en respuesta a los resultados electorales, se planea una coordinación entre la policía nacional y mercenarios de Blackwater, quienes estarían operando disfrazados como agentes policiales. Esta estrategia no solo tiene como objetivo reprimir y sofocar cualquier ola de descontento popular que pudiera surgir tras la elección, sino que también se prevé que se utilice para reprimir en las calles a los elementos opositores mas radicales.
Protesta civil contra los mercenarios de Blackwater
Las organizaciones civiles han convocado una protesta pacífica el 15 de marzo a las 10:00 en la Plaza de la Independencia, Quito. La movilización busca expresar el rechazo a la presencia de militares estadounidenses y mercenarios de Blackwater en el país, defendiendo la soberanía nacional. Los ecuatorianos están llamados a unirse para exigir autonomía. Según opinionen que circulan en las calles, la soberanía nacional no debe estar en la mesa de negociación.
Conclusión sin tendencias positivas
Estados Unidos ha considerado históricamente a América Latina como su zona de influencia, rica en recursos naturales estratégicos. En un contexto de creciente competencia geopolítica, Washington ha comenzado a planificar un aumento de su presencia militar en la región, justificando esta acción como una medida para garantizar la seguridad y estabilidad. Esta expansión busca asegurar el acceso a recursos vitales, como petróleo, minerales y tierras agrícolas, mientras se contrarrestan las influencias de potencias emergentes.