(19 de marzo del 2024. El Venezolano).- En Venezuela, la adopción de materiales de limpieza ecológicos se ha convertido en una estrategia esencial para mitigar el impacto ambiental y promover la sostenibilidad. El uso de productos de limpieza convencionales, que contienen sustancias químicas agresivas como hipoclorito de sodio y soda cáustica, puede tener efectos nocivos tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Los productos de limpieza tradicionales suelen estar cargados de sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud pública.
Para 2023 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ubicó a Venezuela en el puesto número cuatro de los países de América Latina y el Caribe que producen más desechos con un total de 11,88 millones de toneladas al año. Mientras tanto, la ONG Transparencia Venezuela destacó que solo el 2% del plástico en el país es reciclado.
Innovación en la industria de la limpieza: el caso de Coloplas
Sin embargo, los empresarios Robinson Garzón y Santiago Vélez, dueños y gerentes de la empresa Coloplas, forman parte de este porcentaje. Como empresarios llevan más de 15 años de experiencia trabajando en la industria de la limpieza y siempre supo que para generar ambientes limpios había que tener responsabilidad con el ambiente.
“Nosotros creamos Fino, una línea diseñada para la higiene del hogar y de empresas pero con un concepto 100% verde. ¿Qué te quiero decir con esto? Que nosotros hemos avanzado en trabajar con materia prima que apoye al medio ambiente. Por eso utilizamos fibras PET recicladas, algodón natural con certificación Cotton USA y látex biodegradable que nos permite tener guantes más elásticos y duraderos”.
Estos materiales son de vanguardia en un contexto en donde es necesario hacer una transición y disminuir el uso de productos contaminantes que terminan en la calle. Garzón explica que las fibras PET recicladas son materiales obtenidos a partir del reciclaje de botellas y envases de plástico hechos de tereftalato de polietileno (PET). Estas fibras se utilizan en la fabricación de textiles, mopas, trapos y otros productos de limpieza sostenibles que se encuentran en nuestro catálogo. Su uso ayuda a reducir la cantidad de residuos plásticos en el medio ambiente y fomenta la economía circular.
“En países desarrollados, el 78% de los consumidores buscan activamente productos fabricados con materiales reciclados, lo que refleja una creciente conciencia ambiental. Aquí en Latinoamérica solo se recupera el 20% de los residuos reciclables en el caso puntual de Argentina, pero trabajos como el que hacemos hace que más empresas en Venezuela se sumen a esta tendencia que incluso logra cambios en las políticas públicas”, opina Vélez.
Reciclaje y emprendimientos sustentables en Venezuela
Hay que destacar que los utensilios biodegradables están ganando popularidad debido a su menor impacto ambiental y su capacidad de descomponerse sin generar residuos tóxicos. Los gremios en Venezuela, como Fedecámaras y Fedeindustria, ya hablan de la importancia de este viraje para lograr la excelencia.
Sin embargo, desde Coloplas explican que marcas como Fino logran marcar la pauta, no solo por el uso de su materia prima, que en este caso hace que los productos tengan una mayor resistencia y durabilidad, sino que innovan en técnicas certificadas que de a poco se han incluido en otras empresas.
Masterbatch avanzado es una de estas técnicas, explica Vélez, quien detalla que con dicha práctica se incorporan pigmentos orgánicos, aditivos, estabilizantes entre el 15% y el 30% que se incorpora a las resinas plásticas. “Estos aditivos se dispersan uniformemente dentro del plástico, lo que mejora las propiedades del material final.
Un «masterbatch avanzado» generalmente implica una formulación más compleja o especializada que busca mejorar características específicas del plástico, como su durabilidad, color, resistencia a la temperatura, propiedades antibacterianas y un plástico más ecológico o biodegradable.
Aunado a esto, Garzón desde su visión empresarial recalca la necesidad de conseguir certificaciones que evidencien las buenas prácticas de producción. En su caso, recalca las ISO 9001, que garantizan estándares de calidad; la ISO 14001, que prioriza la gestión ambiental; y la Icontec o Basura Cero, que promueve la sostenibilidad.
Julia Rincón es una fabricante de jabones y productos de belleza ecológicos. Comenzó a hacerlo hace dos años tras un viaje que hizo a Alemania, en donde se percató que era muy fácil encontrar productos con conciencia ambiental. “Yo aquí te hablo de cuidar el cuerpo. Cuando usamos estos jabones tan comerciales, ignoramos la cantidad de químicos no solo que colocamos sobre nuestra piel, sino que además todo eso viaja por tuberías hasta terminar en las aguas y hacemos un daño muy difícil de reparar.
«Haber descubierto esta necesidad me llevó a aprender y a innovar, y aunque lo que hago es artesanal, es un granito de arena. Le dije adiós a los químicos y he abrazado al medio ambiente junto con aquellos que creen en un mundo mejor. Hemos notado una mejora en la salud y eso es una respuesta positiva.»
Reusamas, creado por el biólogo y ecólogo Luis Cornejo en 2010, es un proyecto enfocado en reutilizar materiales como plástico y vidrio para promover la sostenibilidad. La idea nació en Valencia y busca ofrecer a jóvenes y adultos herramientas para emprender mediante el reciclaje. En 2013, firmaron un convenio con la Cámara de Industriales de Carabobo, creando una red de co-artesanos entre adultos mayores.
El proyecto, que sigue el principio de las 3 R, se trasladó a un galpón cerca de la Casa Don Bosco, donde producen y venden artículos reciclados como bolsos y vasos. Además, organizan talleres de reciclaje con colegios y jóvenes en situación precaria, enseñando la importancia del esfuerzo y la comercialización de productos reciclados.
A lo largo de los años, Reusamas ha formado a más de 1000 adultos y 120 niños. Algunos de sus exalumnos, como uno que lleva la idea a Colombia, están replicando el proyecto en otras comunidades. Cornejo también ha creado redes de comercialización para enseñar a los jóvenes a valorar su trabajo y a vender sus productos, como vasos y lámparas hechas de materiales reciclados.
El proyecto también incluye iniciativas como Jóvenes Emprendedores, apoyadas por la Unión Europea, que capacitan a los participantes en reciclaje y ecoturismo.