(23 de agosto del 2020. El Venezolano).- El gobierno del presidente Donald Trump, que se ha negado a dar el estatus de residencia temporal conocido como TPS a unos 200,000 venezolanos que han huido de la dictadura de Nicolas Maduro, acaba de hacer la ridícula afirmación de que Estados Unidos ha sido más generoso con los exiliados venezolanos que los países latinoamericanos.
De hecho, es al revés: pocos gobiernos del continente se han comportado de manera tan egoísta y cruel con los exiliados venezolanos como el de Trump.
Increíblemente, el asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien, dijo en una entrevista a Nora Gámez Torres de el Nuevo Herald el 15 de agosto que otros países del hemisferio deberían ser tan generosos con los refugiados venezolanos como los Estados Unidos.
“Si pudiéramos devolver la democracia a Venezuela, no tendrías estos flujos de solicitantes de asilo”, dijo O’Brien en la entrevista. “No puede ser que si hay un problema en una nación, la respuesta sea simplemente ir a Estados Unidos. Otros grandes países del hemisferio también deben ser un destino para ellos”.
¿Está bromeando O’Brien? Según un nuevo informe de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 85% de los 5.2 millones de migrantes y refugiados venezolanos que han abandonado el país en los últimos años han sido recibidos por países de América Latina y el Caribe.
El informe de la OEA, titulado “Crisis migratoria y de refugiados venezolanos”, muestra que Colombia ha otorgado residencia temporal a la mayoría de sus 1.8 millones de emigrados venezolanos, Perú ha aceptado 900,000 y Chile a 455,000. En comparación, Estados Unidos, la economía más rica del mundo, ha recibido solo 422,000, y se ha negado a otorgar el Estatus de Protección Temporal (TPS) a una gran parte de ellos.
El año pasado, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría demócrata, aprobó un proyecto de ley para otorgar el estatus de TPS a aproximadamente 200,000 venezolanos. Pero la mayoría republicana del Senado no aprobó un proyecto de ley similar, y la administración Trump hasta ahora se ha negado a otorgar el estatus de TPS a los venezolanos.
Los expertos en inmigración me dicen que, debido a las políticas antiinmigrantes de Trump, Estados Unidos ha detenido a muchos exiliados venezolanos, y ha deportado a algunos a Venezuela.
Julio Hernández, un abogado de inmigración con sede en Boston y coordinador de la organización no gubernamental venezolana Foro Penal, me dice que “más de 1,100 venezolanos han sido detenidos durante largos períodos de tiempo, en algunos casos durante un año o más, sin haber cometido algún delito”.
Henríquez agregó que “más de 300 de ellos siguen tras las rejas, con riesgo de infección por COVID-19 y enfrentando un futuro incierto en el laberíntico sistema de inmigración”.
Asimismo, al menos 663 exiliados venezolanos han sido deportados de Estados Unidos a Venezuela entre junio de 2017 y mayo de 2019. Otros 800 más se encuentran todavía en Estados Unidos con órdenes de deportación pendientes, según datos de Foro Penal.
Y las cosas pueden empeorar para los migrantes venezolanos, porque Trump ha propuesto nuevas medidas que restringirían aún más el número de asilados venezolanos, negando las admisiones de asilo a quienes ingresen en Estados Unidos desde terceros países.
No estoy diciendo que toda la política de Trump hacia Venezuela haya sido mala. Al contrario, Trump merece crédito por haber intensificado las sanciones estadounidenses contra la dictadura de Maduro que había iniciado la administración Obama.
Aunque también es cierto que, como lo ha dicho el ex asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, la política de Trump hacia Venezuela sea puramente electoral, y con miras a ganar los votos cubanos y venezolanos de Florida en las elecciones de noviembre. Y puede que, como me dijo Bolton, Trump se reúna con Maduro tras las elecciones estadounidenses, como lo ha hecho con los dictadores de Rusia, China y Corea del Norte.
Pero el hecho de que Trump le niegue el estatus de TPS a los exiliados venezolanos es un acto de crueldad, además de ser una muestra monumental de hipocresía política. Si Trump quiere tanto a los venezolanos, debería tratar a los exiliados venezolanos con tanta generosidad como lo han hecho varios países latinoamericanos mucho más pobres que Estados Unidos.