(21 de mayo del 2020. El Venezolano).- Veinte años después de que los combatientes de Hezbollah expulsaran a los últimos soldados israelíes del sur de Líbano, ambos bandos se preparan para una posible guerra que ninguno de ellos parece desear.
Los efectivos israelíes están atacando objetivos de Hezbollah en la vecina Siria y ensayan para lo que pudiera ser una invasión a Líbano. Hezbollah ha reforzado sus propias filas y amenaza con invadir Israelí en caso de una provocación. Los enconados enemigos intercambian con frecuencia advertencias y amenazas.
“Nos estamos preparando con seriedad para la próxima guerra. No estamos descuidando nada porque sabemos que tenemos que ser extremadamente fuertes para derrotar al enemigo”, dijo el coronel Israel Friedler, un comandante israelí que supervisa ejercicios militares que simulan una guerra contra Hezbollah en una base en el norte de Israel.
Hezbollah surgió en la década de 1980 como un grupo de resistencia popular financiado por Irán para combatir a las fuerzas de ocupación israelíes en el sur de Líbano. Israel se vio finalmente obligado a retirarse en mayo de 2000 tras enfrentar una prolongada guerra de guerrillas, caracterizada por ataques de francotiradores y la detonación de bombas al paso de vehículos. Salvo por una guerra inconclusa en 2006 que se extendió por un mes, la inestable frontera ha permanecido básicamente en calma.
Desde entonces, Hezbollah se ha convertido en la entidad militar y política más poderosa de Líbano. El partido y sus aliados dominan el parlamento del país y son la principal fuerza detrás del gobierno del primer ministro Hassan Diab.
“A nivel nacional, Hezbollah ha ascendido para convertirse en la fuerza preponderante en Líbano”, dijo Hilal Khashan, profesor de ciencias políticas de la Universidad Americana de Beirut. Sin embargo, a nivel regional, “Hezbollah está en una posición precaria” debido a la presión israelí, la agitación interna y los problemas que aquejan a sus benefactores iraníes.
El grupo no está en condiciones de librar otro enfrentamiento a gran escala con Israel. La economía libanesa está en ruinas, se calcula que alrededor de la mitad de la población vive en la pobreza —incluidos baluartes de Hezbollah— y las finanzas de la organización enfrentan dificultades debido a las sanciones que Estados Unidos le impuso junto con Irán. Hezbollah también sufrió fuertes pérdidas en la guerra civil en Siria: unas 2.000 bajas cuando combatía al lado de las fuerzas del dictador sirio Bashar Assad. Aunque Hezbollah fue visto alguna vez como un movimiento de liberación, ahora es visto por muchos en Líbano como un peón de Irán.
Qassim Qassir, un experto en Hezbollah, afirma que el grupo no está interesado en ir a la guerra pero que se ha preparado para ella desde hace bastante tiempo. “La batalla no será de misiles solamente”, dijo, en referencia a la posibilidad de que Hezbollah intente invadir partes del norte de Israel.
En una región llena de adversarios, Israel considera a Hezbollah su amenaza más tenaz e inmediata.
Durante la guerra de 2006, el grupo lanzó unos 4.000 cohetes hacia Israel, en su mayoría no dirigidos y de alcance limitado. En la actualidad, Hezbollah posee unos 130.000 cohetes y misiles capaces de alcanzar prácticamente cualquier parte de Israel, según funcionarios israelíes. Tiene modernos misiles antitanque, equipo de visión nocturna y capacidad en guerra cibernética, agregaron.
Violación al alto al fuego
Hezbollah opera a lo largo de la frontera, en violación a un alto el fuego de Naciones Unidas que puso fin a la guerra de 2006. También ha establecido una presencia en el sur de Siria, cerca de los Altos del Golán controlados por Israel, que constituye un frente adicional en una eventual guerra. Lo más importante, Israel cree que Hezbollah intenta desarrollar y construir misiles dirigidos.
Sheikh Ali Daamoush, alto funcionario de Hezbollah, aseguró que Israel teme al programa de misiles de Hezbollah. “Los israelíes deberían estar preocupados y temerosos de que la resistencia tenga ahora la voluntad, la intención, la capacidad y la fuerza para hacer que Israel enfrente una gran derrota en cualquier próxima confrontación”, apuntó.
La confrontación podría estallar antes de lo previsto. Israel ha reconocido que ha realizado numerosos ataques aéreos en Siria en los últimos años, en su mayoría, según se cree, para detener los envíos de armas o de tecnología de Irán para Hezbollah.
Siria ha acusado a Israel de haber efectuado por lo menos siete ataques aéreos en los últimos dos meses solamente, que se cree estuvieron dirigidos contra intereses iraníes y los aliados de Teherán.
Por su parte, funcionarios israelíes señalan que Hezbollah intentó recientemente volar un dron en espacio aéreo de Israel, y que miembros de la guerrilla dañaron el mes pasado una valla en la frontera.
A pesar de estas tensiones, los habitantes de la frontera norte de Israel dijeron que la vida ha mejorado considerablemente desde que los israelíes se retiraron de su autoproclamada “zona de seguridad” hace dos décadas.
Nisim Shtern, un agricultor de la localidad fronteriza de Kerem Ben Zimar, en el norte de Israel, pasó un tiempo en el sur del Líbano como soldado a mediados de la década de 1980 y recuerda cuando los cohetes Katyusha caían sobre el área.
Shtern, que cultiva granada y uvas para vino, dijo que la vida cotidiana es buena, pero algunos residentes aún se ponen nerviosos. Señaló que confía en que el ejército tomará una acción rápida y decisiva cuando sea necesario.
“Necesitamos darles duro y salir”, dijo. “Si hay un problema, hay que encargarse de él con fuerza máxima“.
En el poblado libanés de Kfar Chouba, el tendero Mohammed Ali Yahya, de 62 años, dijo que en el pasado la gente tenía miedo del ejército israelí, pero que ya no.
“No se atreverán a invadir de nuevo”, señaló.
Con información de AP.