(06 de febrero del 2021. El Venezolano).- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han identificado una forma potencial de erradicar la infección por VIH que permanece latente dentro de las células inmunitarias infectadas, que es la causa que impide erradicar completamente la infección en el paciente, según publican en la revista ‘Science’.
Al estudiar las células inmunitarias humanas, los investigadores demostraron que tales células tienen un sistema de alarma natural que detecta la actividad de una proteína específica del VIH. En lugar de atacar al virus en función de su apariencia, esta estrategia consiste en atacar el virus en función de lo que está haciendo: actividades vitales que se requieren para que exista el virus.
El tratamiento del VIH ha mejorado enormemente durante los últimos 30 años. En su momento era una sentencia de muerte pero ahora es una enfermedad manejable de por vida en muchas partes del mundo. La esperanza de vida es aproximadamente la misma que la de las personas sin VIH, aunque los pacientes deben seguir un régimen estricto de terapia antirretroviral diaria o el virus saldrá de su escondite y se reactivará.
Esta terapia antirretroviral evita que el virus existente se replique, pero no puede eliminar la infección. Muchos ensayos clínicos en curso están investigando posibles formas de eliminar la infección por VIH.
El virus es casi imposible de erradicar porque el sistema inmunológico no puede mantenerse al día con su tasa de mutación inusualmente rápida, cambiando constantemente su apariencia para evadir el ataque inmunológico, similar a un espía que cambia rápidamente de apariencia para evadir a las autoridades. Así como las células inmunitarias del cuerpo aprenden a reconocer una manifestación del virus, este ya se ha transformado en múltiples disfraces nuevos.
«Cuando identificamos una parte del sistema inmunológico que podía reconocer y atacar una función central del virus del VIH, en lugar de lo que parece, fue realmente emocionante –añade el autor principal Liang Shan, profesor asistente–. Una analogía podría ser que es relativamente fácil cambiarse de ropa o de peinado para pasar desapercibido, pero es imposible ocultar el funcionamiento».
«Esto es emocionante porque plantea la posibilidad de eliminar todo el virus latente en un solo paciente, sin importar la amplitud de las mutaciones, basándose en algo que todas las variantes virales tienen en común –prosigue–. Para los pacientes, aunque sean constantes con la terapia y no experimenten ningún síntoma, disponer de un tratamiento que pueda cambiar su estado de VIH de positivo a negativo tendría un enorme impacto en sus vidas».
Esta estrategia se basa en la detección de la actividad de una proteína específica, llamada proteasa del VIH, que el virus necesita para replicarse y propagarse.
Los investigadores identificaron un sistema de alarma natural, que se encuentra dentro de las células inmunitarias humanas y se llama inflamasoma CARD8, que reconoce la proteasa activa del VIH y activa un programa de autodestrucción para eliminar la célula infectada. Desafortunadamente, el VIH puede existir durante mucho tiempo en la célula sin que se active la alarma. Cuando está dentro de las células, la proteasa del VIH está inactiva, se mantiene baja y el inflamasoma CARD8 no puede detectarla.
«El virus es inteligente –explica Shan–. Normalmente, la proteasa del VIH no tiene ninguna función dentro de las células infectadas. La proteasa viral solo se activa una vez que el virus abandona las células infectadas. Fuera de las células, no hay CARD8 para detectar la proteasa activa».
Shan y sus colegas demostraron que ciertos medicamentos obligan a la proteasa del VIH a mostrarse prematuramente, cuando el virus aún se encuentra dentro de la célula inmunitaria. Allí, la proteasa activa del VIH desencadena el inflamasoma CARD8, desencadenando una cadena de eventos que destruye la célula infectada y el virus que la acompaña.
«Descubrimos que nuestro sistema inmunológico puede reconocer esta función proteica clave, no la secuencia de la proteína, que el virus cambia constantemente a través de la mutación –recuerda Shan–. La proteasa del VIH no puede mutar porque su función es necesaria para completar el ciclo de vida del virus. De lo contrario, es un virus muerto».
Según explica, «la acción específica de la proteasa del VIH para el virus es también la acción específica que activa CARD8. Nuestros hallazgos muestran que nuestro sistema inmunológico puede reconocer la función de la proteína de un virus y, en las circunstancias adecuadas, utilizar esa información para matar las células infectadas por el VIH», resalta.
Uno de los medicamentos que obliga a la proteasa del VIH a activarse se llama efavirenz (comercializado como ‘Sustiva’). Es parte de una clase de medicamentos llamados inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleósidos (INNTI), que se han utilizado para tratar el VIH desde la década de 1990.
«Hemos utilizado durante mucho tiempo esta clase de medicamentos para evitar que el VIH inserte su material genético en nuevas células –recuerda Shan–. Ese es su trabajo diario. Pero ahora, hemos aprendido que tienen un segundo trabajo: activar la proteasa del VIH dentro de la célula infectada. Cuando tratamos las células T humanas infectadas por el VIH con este medicamento, la proteasa se activa antes de que el virus salga con éxito del células infectadas. Esto activa el inflamasoma CARD8, y las células infectadas mueren en cuestión de horas. Esta es una ruta potencial para eliminar el virus que nunca hemos podido eliminar por completo».
Pero los investigadores también encontraron que efavirenz y otros INNTI no activarán la proteasa del VIH a menos que el virus esté despierto, como apunta Shan. Y en los pacientes que reciben terapia contra el VIH, el virus está inactivo. Muchos ensayos clínicos que buscan curas para el VIH utilizan un método de choque y muerte, despertando el virus con un medicamento y luego atacándolo con una variedad de estrategias de investigación. Cualquier ensayo clínico que evalúe NNRTI, o medicamentos similares que funcionen de la misma manera, como un enfoque potencial para eliminar la infección por VIH, requeriría esta estrategia de choque y muerte.
Los investigadores también demostraron que el inflamasoma CARD8 puede desencadenar la muerte de células inmunitarias humanas infectadas con subtipos de VIH de todo el mundo, incluidas cepas comunes en América del Norte, Europa, África y Asia.
«Nos gustaría identificar o desarrollar compuestos que hagan un trabajo aún mejor en la activación de la proteasa del VIH que los NNRTI y en dosis más bajas –revela Shan–. Este estudio sirve como guía para desarrollar nuevos medicamentos que tienen el potencial de eliminar el reservorio inactivo del VIH».