(16 de octubre del 2019. El Venezolano).- El reloj está corriendo y Venezuela no tiene cómo pagar los intereses del bono Pdvsa 2020. Aunque el país ya está en default desde 2017, el riesgo en este caso es mucho más alto. Se puede perder 50,1% de Citgo.
El próximo 27 de octubre se cumple la fecha límite para que Venezuela pague $913 millones en intereses a los tenedores del bono de Pdvsa con vencimiento en 2020.
Con el reloj en contra, la Asamblea Nacional de Venezuela declaró este martes la ilegalidad de este bono, en busca de proteger el 50,1% de las acciones de Citgo que el gobierno de Maduro puso en garantía cuando emitió la deuda.
En vísperas del vencimiento del Bono Pdvsa 2020, el gobierno encargado de Guaidó se está jugando su credibilidad política y las acciones del mayor activo petrolero de Venezuela en el exterior, informó El Interés.
Al contar con una nueva directiva nombrada por Guaidó, Citgo ahora es responsabilidad del gobierno encargado, a pesar que el posible embargo corresponda a una deuda del régimen de Maduro.
¿Por qué Venezuela empeñó Citgo?
La deuda del Bono de Pdvsa 2020 es realmente un canje del Bono Pdvsa 2017. En 2016, el endeudamiento de Venezuela ya tomaba impulsos astronómicos. Pdvsa en este año multiplicó su deuda por 23, según un artículo publicado por el economista Miguel Ángel Santos en el portal de Prodavinci.
“Los 2.600 millones de dólares que se debían en 2006 se habían convertido en 64.700 millones a finales de 2016″, señaló el economista.
Con la caída de los precios del petróleo y el alto riesgo país que ya tenía Venezuela en 2016, Pdvsa ofreció a los tenedores de bono Pdvsa 2017 un canje por una nueva deuda con fecha de vencimiento 2020.
Además, la estatal petrolera ofreció una tasa de retorno de 19,3%, lo que representa una tasa 4,25 veces más alta que el promedio en América Latina.
“En vista de que ni aún así los mercados tenían confianza, procedieron a ofrecer la mayor de las barbaridades: un colateral que garantizase el pago consistente en el 50,1% de las acciones de Citgo, o sea, el control de la empresa”, señala el economista José Toro Hardy.