(28 de mayo del 2023. El Venezolano).- España vive este domingo una cita electoral autonómica y municipal que, en realidad, trasciende mucho más allá de su carácter local o regional. Estos comicios son también una especie de termómetro, porque los españoles decidirán los gobiernos de 12 de las 17 comunidades autónomas y a más de 8.000 alcaldes, sí, pero los resultados esconderán una segunda lectura mucho más profunda y trascendente: quien resulte ganador en el cómputo global de estas elecciones apuntará al Gobierno en las generales de final de año.
Sánchez o Feijóo. Feijóo o Sánchez. Los líderes de PSOE y PP miden su fuerza en estos comicios. No figurarán de facto en ninguna papeleta, pero uno de los dos acabará la noche como vencedor. Es la primera vez que ambos se enfrentan en unas elecciones y, con las generales a meses vista, el objetivo es vender un triunfo y un derrotado. Asestar el primer golpe, coger ventaja. El líder del Partido Popular lo necesita como el comer para disipar dudas y reforzar su liderazgo en el partido y su candidatura a La Moncloa. El de los socialistas, para lo contrario. Sánchez no busca otra cosa que mantener autonomías y ayuntamientos para tumbar ese avance popular que pronostican las encuestas. Entre medias, dos partidos que serán determinantes para uno y otro: Vox para los populares, Podemos para el bloque de izquierdas.
Infobae reseñó que bajo este escenario, el PSOE se juega la permanencia en el poder de Asturias, Navarra, La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla La-Mancha, Islas Baleares, Extremadura y las Islas Canarias. El Partido Popular, en cambio, solo debe defender dos comunidades, la Región de Murcia y su gran bastión, la Comunidad de Madrid, y buscar asaltar alguna otra. La más codiciada, sin duda, Valencia.
Incertidumbre en autonomías socialistas
Lo cierto es que el margen de victoria lo tiene el PP, pues sus dos territorios, salvo giro radical, no peligran. Según las encuestas, Isabel Díaz Ayuso aspira a la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid y, de no conseguirla, repetiría puesto sin problemas gracias al apoyo de Vox, el partido de extrema derecha. Situación similar se vive en Murcia: su candidato, López Miras, también actual presidente, podrá gobernar de nuevo con el beneplácito de Vox, que podría incluso exigir entrar en el gobierno.
Ayuso y Feijóo en el cierre de campaña del PP en Madrid. (Foto: PP)
Las plazas más inciertas son las que gobierna el PSOE: la Comunidad Valenciana, Castilla La-Mancha, La Rioja, Aragón e Islas Baleares. Es en la primera donde se va a librar la guerra electoral más importante en este 28-M. Todos los expertos sitúan la Comunidad Valenciana como la clave más precisa de cara a las generales: quien se la lleve, apuntan, habrá ganado mucho terreno. Perderla, por tanto, sería un duro revés para los socialistas: primero, porque perderían su autonomía más importante y, segundo –y más trascendente– porque podría entenderse como un cambio de tendencia electoral. Puro oxígeno para Núñez Feijóo.
Y tanta es la importancia que nadie se atreve a pronosticar qué pasará. Todo estará ajustadísimo. Las encuestas no dan un resultado claro pero coinciden en que la diferencia entre el bloque de la derecha y el de la izquierda será mínimo. Unos cuantos miles de votos podrían determinar el futuro político de una región por la que tanto Sánchez como Feijóo han echado el resto durante la campaña y en la que los pactos serán determinantes. Y aquí la clave está en Podemos. Si la formación morada logra representación, el bloque de izquierdas sumaría la mayoría suficiente para revalidar el gobierno cuatro años más; si se quedan fuera, el PP recuperará la Comunidad Valenciana tras ocho años en la oposición.
Castilla La-Mancha es otra de las comunidades con mayor trascendencia a nivel nacional. Los barómetros avanzan que García-Page, candidato del PSOE, podría gobernar siempre y cuando conserve la mayoría absoluta. De lo contrario, el PP y Vox podrían llegar a ser una alternativa. Igual de abierta está la pugna en las Islas Baleares, donde también decidirán las coaliciones. Las encuestas no se aclaran: unas apuestan por los socialistas como los más votados, otras, por los populares. Lo que sí parece seguro es que si Armengol, del PSOE, quiere repetir puesto tendrá que pactar con todas las fuerzas posibles.
Pedro Sánchez junto a la candidata del PSPV al Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante un acto de campaña.
En un escenario similar se mueve Aragón, aunque a priori parece que el PSOE de Javier Lambán aguantará el tipo. De nuevo, el mismo escenario: si el PP suma con Vox se queda con la región. La llave para los socialistas está en que Unidas Podemos y las demás fuerzas regionalistas y de izquierdas entren en el parlamento aragonés con la suficiente fuerza como para articular una mayoría progresista. En Extremadura, se prevé que Fernández Vara pierda la mayoría absoluta, por lo que el PSOE necesitará de Podemos para mantenerse en el gobierno. El cambio estará en el resultado de Vox, si es alto, el PP podría quedarse con el feudo extremeño.