(14 de diciembre del 2023. El Venezolano).- Ante el terrible, gigante, pero a la vez invisible problema del maltrato de los adultos a los niños que practican algún deporte, conversamos con uno de los directivos principales del equipo Águilas del Zulia, Juan Andrés Machado, el popular «Juanchi», quien no dudó en plasmar la importancia de proteger a los niños deportistas.
Por Eliexser Pirela Leal
El gerente de operaciones de la organizacion que hace vida en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) destacó que «ese es un problema muy serio porque en un niño maltratado… a la larga esos maltratos pueden afectar a ese infante sicológicamente haciéndolo crecer con traumas. Es un tema muy controversial, porque habrá algún padre, especialmente de ese deportista prospecto que llega a jugar en el profesional; que diga que eso le resultó, pero un altísimo porcentaje de los niños que practican algún deporte, lamentablemente no llegará a ese nivel y es, potencialmente hablando, un posible ciudadano que creció con resentimientos y traumas. Eso no solo ocurre en Venezuela; porque en cualquier parte puede ocurrir. En Estados Unidos, por ejemplo, si un niño desea jugar fútbol americano y su papá lo apoya en todo, lo inscribe en el mejor colegio, le paga entrenadores personales, le brinda el mejor apoyo todo el tiempo… Pero el día que ese niño comete un error, estoy seguro que también le va a reclamar desde fuera de la cancha por ese error y también le va a producir ese daño mental del que he comentado», explicó «Juanchi» Machado desde su oficinal, en el estadio Luis Aparicio, sede del equipo Águilas del Zulia.
Explicando el problema, es bueno aclarar que cuando un niño de entre cinco y 15 años, por ejemplo, comete algún error en el juego que está realizando, su representante desde las gradas le grita, «para estimularlo», frases como «Si yo sé eso no te traigo, porque me volviste a avergonzar», o tal vez «te voy a comprar una muñeca» y otras tantas que, en vez de servirle de estímulo a ese niño o niña deportista, lo que produce en ellos es vergüenza, resentimiento y mucho dolor, producto de la tristeza que le causan esas frases lapidarias.
El papel de Asodamas
El directivo rapaz, resaltando la importancia del tema, destacó que «para nuestra organización Águilas del Zulia es vital apoyar todo tipo de proyectos o programas que busquen el cuidado de los sectores de la población más vulnerables, como los son las personas mayores, los enfermos y los niños. Cómo nos desenvolvemos en el mundo del deporte, tenemos la mirada puesta en los niños deportistas. En la Liga Venezolana de Beisbol Profesional existe un maravilloso grupo que se llama Asodamas, que son un grupo de mujeres, esposa y familiares de los directivos de la Liga, que cuenta con apéndices en cada uno de los 8 equipos. Claro está que yo no soy el más indicado para hablar sobre la labor de ellas, pero al estar muy empapado de lo que ellas hacen te puedo explicar que esas hermosas mujeres buscan atender a los adultos mayores, a los niños especiales y a los que padecen enfermedades muy serias, como los niños con cáncer, y por eso este tema de los niños maltratados por sus propios representantes es analizado por Asodamas para ver cómo aportar algunos elementos que puedan servir para atacar ese problema. Vamos a tratar de hacer llegar esta iniciativa a todos los equipos que conformamos la liga, porque como ya te mencioné, ese problema no es exclusivo del Zulia, ni siquiera de Venezuela; es un problema mundial», sentenció «Juanchi».
La sección de Asodamas que trabaja desde Águilas del Zulia lo encabeza la señora Anabel Belloso de Machado, esposa de Luis Rodolfo Machado Silva (presidente del equipo) y progenitora de nuestro entrevistado, el gerente de operaciones del conjunto zuliano.
Cómo hemos podido ratificar a través de nuestra entrevista, el problema de los niños deportistas que son maltratados por sus propios representantes, es un problema tan grande como invisible; grande porque tiene presencia en cada escenario en el que hay infantes practicando cualquier deporte, e invisible porque los adultos que rodean a esos niños no se dan cuentan que están malogrando a sus hijos (creen que los estan estimulando cuando le gritan desde las gradas que se sienten avergonzados de ellos por algún error cometido).