(04 de agosto del 2020. El Venezolano).- Familiares de Nélida Pineda están destrozados porque la trabajadora jubilada del sector salud no solo recibió “pésima atención” en el Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), sino que además no podrán darle cristiana sepultura.en
En el principal centro centinela de casos de Covid-19 del Zulia, donde laboró durante más de tres décadas, permaneció hospitalizada sus últimos ocho días.
“Nuestra tía, una paciente renal, murió el sábado 1 de agosto y fue este lunes en la mañana cuando nos enteramos que fue cremada el domingo en la tarde por órdenes de la Alcaldía de Maracaibo, cuando ni siquiera nos han entregado el certificado de defunción”, denunció Rosa Pineda, nombre ficticio de la sobrina, al igual que el de su familiar, ante La Verdad.
Agregó la denunciante que “fue por influencias que ella tenía allí, de excompañeros de trabajo, que nos enteramos que su cuerpo fue cremado con cuatro más a quienes se les dio el mismo trato de Covid-19”.
“Pasamos el domingo entero en el hospital esperando el certificado para poder enterrarla y en horas de la tarde nos retiramos porque nos indicaron que el médico encargado se iba temprano y no lo había firmado”, añadió.
Y, este lunes, después de enterarse de la cremación, los familiares acudieron a la funeraria, donde les ratificaron que la Alcaldía de Maracaibo había realizado el trámite de la cremación el domingo.
Allí les entregaron el número de un funcionario municipal que les daría respuesta de lo sucedido. Pero, se preguntan “¿Para qué ir a reclamar a la Alcaldía unas cenizas que nunca sabremos si fueron de ella? A nosotros ni nos notificaron ni nos consultaron ni pidieron nuestra autorización para cremar sus restos, cuando esa decisión nos correspondía a nosotros, sus familiares”.
“No la pudimos ni siquiera velar como se merecía, cuando a un funcionario de la Alcaldía de San Francisco, que sí murió por Covid-19, le hicieron hasta una caravana este domingo”, reclamó Rosa.
Aseveró también que, según la información extraoficial que recibieron del interior del centro asistencial, “el certificado de defunción dice que murió por insuficiencia respiratoria y neumonía bilateral, es decir como si fuera un caso de Covid-19, cuando mi tía no presentaba síntomas y, además, dio negativa a la prueba rápida que le hicimos el 24 de julio”.
Una semana sin diálisis
A Nélida Pineda la llevaron sus familiares al HUM el pasado sábado 25 de julio porque el viernes 24 no la dializaron en la unidad de hemodiálisis a donde acudía desde hacía mes y medio, “porque no tenía resultado de la prueba PCR, aunque teníamos el resultado de la prueba rápida”.
Allí mismo no la pudieron conectar a la máquina el día anterior debido a “una hipotensión severa y que se encontraba muy descompensada”, por lo que le exigieron una prueba de Covid-19.
Una vez ingresada por trauma shock recibiría no solo atención médica para su problema cardiovascular y su descompensación, sino que también podría recibir el tratamiento sustitutivo a su insuficiencia renal crónica mientras esperaban el resultado de la PCR.
No fue sino hasta la tarde del lunes 27, después de “peleas, llantos, súplicas a los médicos y el personal de enfermería, cuando fue dializada, siete días después”.
“Ese mismo día se perdió la historia médica y la muestra para la prueba PCR, motivo por el cual la muestra nunca fue enviada a Caracas y en lo sucesivo no recibió tratamiento ni hipertensivo, esquema Covid-19 ni sonda nasográstica y así la trasladaron al cuarto piso”, prosiguió la sobrina.
Refiere que su tía recibió una segunda diálisis el miércoles 29, pero durante menos de tres horas, y ese mismo día la bajaron al área de Observación, en la planta baja, por órdenes de una especialista que conocía de su historia clínica de edema pulmonar por su trabajo en el área radiológica del hospital y que fue quien comenzó a colocarle tratamiento.
Allí, finalmente, dejaron pasar a un sobrino en horas de la mañana del sábado, cuando lo intentaba desde el mismo miércoles, sin ni siquiera avisarle que había fallecido.