(12 de julio del 2023. El Venezolano).- Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), financiado por el Consejo Europeo de Investigación y publicado este lunes en Nature Medicine, muestra que el año pasado Europa se enfrentó al verano más caluroso en su historia, que causó la muerte de 61.672 personas.
Los investigadores del ISGlobal calcularon que el mayor número de fallecimientos por tal causa se produjo entre el 1 de julio y el 14 de agosto, cuando una ola de calor causó la muerte de 38.881 personas. Italia resultó ser el país más afectado por las temperaturas extremas, con 18.010 fallecidos, seguida por España con 11.324 víctimas y Alemania con 8.173. Entre los países con más de un millar de fallecidos también se encuentran Francia, el Reino Unido, Grecia, Rumania, Portugal y Bulgaria.
Según los datos del estudio, el mayor número de muertes, 36.848, se produjo entre personas mayores de 80 años. De igual forma murieron 4.822 menores de 65 años y 9.226 de entre 65 y 79 años. Además, los investigadores destacaron que 63 % de las víctimas fatales fueron mujeres. De otra parte, aunque los hombres de entre 65 y 79 años se vieron más afectados por el calor que las mujeres, la tendencia fue inversa en el grupo de los mayores de 80 años.
En el estudio se analiza también el verano de 2003, durante el cual se registraron más de 70.000 muertes por el calor. Joan Ballester Claramunt, coautor del estudio e investigador del ISGlobal, señaló que la elevada tasa de mortalidad de ese año puede ser explicada por el hecho de que entonces el calor fue inesperado y «excepcionalmente inusual». Sin embargo, agregó, «esa excepcionalidad puso de manifiesto la falta de planes de prevención y la fragilidad de los sistemas de salud para hacer frente a las emergencias climáticas».
Ballester consideró que «las temperaturas registradas en el verano de 2022 no pueden considerarse excepcionales, en el sentido de que pudieron haber sido previstas». Así, Hicham Achebak, otro coautor del estudio e investigador de ISGlobal, concluyó que «el hecho de que más de 61.600 personas en Europa murieran de estrés por calor en el verano de 2022, a pesar de que, a diferencia de 2003, muchos países ya tenían planes de prevención activos, sugiere que las estrategias de adaptación disponibles actualmente pueden ser aún insuficientes«.
Los investigadores afirmaron que el calentamiento global obliga a los países a diseñar nuevos programas de salud, para prevenir tan elevadas tasas de mortalidad en los próximos años. Y advirtieron que, en caso de que no haya una eficaz respuesta adaptativa, Europa enfrentará en 2030 un promedio de más de 68.000 muertes prematuras cada verano, y más de 94.000 para 2040.