“El 30 de abril será tristemente recordado como una estupidez”.
Ministro de la Defensa.
(Publicado en El Universal 30/04/2020)
El nada apreciado general tiene razón en esta oportunidad.
Quizás nunca había tenido tanta coincidencia con alguna frase expresada por el general, Vladimir Padrino López, pero en esta ocasión dio en el clavo de lo que significó el 30A: fue una estupidez impulsada por una jugada que adelantó Leopoldo López.
Todo estaba planificado para un exitoso 1ro de mayo, pero Leopoldo decidió adelantarse para ser el protagonista del inicio de una transición, pero al final fue el líder de un fracaso.
Tal como hemos explicado en Verdades y Rumores, López decidió abortar un plan que tenía varios meses en ejecución.
Con sus acciones lanzó a la basura conversaciones y acuerdos que, incluso, involucraron la decidida participación de Estados Unidos.
¿Por qué lo hizo?
Lo relatamos y analizamos en Área Privada de Verdades y Rumores, como una contribución para que ese tipo de aventuras no se repitan, en estos instantes claves para Venezuela.
Y cuando justamente se cumple un año de lo que pudo ser y no fue.
La planificación
Cuando el 23 de enero de 2019, Juan Guaidó, en su condición de líder de la Asamblea Nacional toma posesión como “presidente encargado”, comienza una nueva etapa en la lucha opositora para rescatar a Venezuela.
Fue una acción que generó múltiples reacciones de apoyo a nivel mundial. Pocos días después más de 50 naciones habían expresado su respaldo, a esta iniciativa que se avizoraba como clave en la liberación de Venezuela.
Pero al mismo tiempo comienza a planificarse una operación que buscó involucrar a líderes del chavismo, civiles y militares, con el objetivo de generar una transición, sin que tuviera visos de un golpe de Estado.
Estaba claro que la oposición por si sola no tenía la fuerza para generar una disrupción política, por lo que necesitaba quebrar la coalición gobernante, que es una tesis defendida en muchas ocasiones por el politólogo, John Magdaleno.
¿Cómo hacerlo?
Buscaron y discutieron decenas de alternativas y llegaron a la conclusión que, para hacer creíble cualquier acuerdo, debían recurrir a personajes que han actuado como operadores económicos de quienes podían ser parte de un plan, a cambio de inmunidad y participación en la transición.
Y es ahí cuando aparecen los famosos “testaferros”.
¿A quiénes decidieron tocar?
Los participantes
Como parte del plan, fueron contactados, a través de sus testaferros, el general Vladimir Padrino López, Maikel Moreno (presidente del TSJ), el director de la DGCIM general Iván Hernández Dala y el director del SEBIN, general Manuel Cristopher Figuera, entre varios personajes que serían parte de la jugada.
¿Quiénes fueron los “operadores” que participaron?
Podemos mencionar como los más importantes a Samark López Bello y Raúl Gorrín, pero además tuvieron un rol menos protagónico: Carlos Gill, Víctor Vargas, José Antonio Oliveros y Danilo Díaz Granados.
Pero además tuvieron una participación importante algunos sujetos que tenían nexos, a través de sus negocios y financiamiento, con chavistas y opositores y en ese grupo vale la pena mencionar a tres: César Omaña, Francisco Morillo y Alejandro Betancourt. Casualmente los dos primeros son demasiado cercanos a Leopoldo López.
El plan
Luego de intensas conversaciones y de establecer acuerdos, se estableció un plan que buscaba generar un cambio, obviando la figura siempre criticada de un golpe de Estado, que daría armas a la izquierda internacional para cuestionar la transición iniciada en Venezuela.
Pocos sabían del plan. Algunos detalles se comenzaron a conocer posteriormente a través de amplios y detallados trabajos periodísticos, pero que no tenían aún todos los puntos. Era prematuro todavía.
El plan acordado era que el 1ro de mayo la oposición convocaría a una enorme marcha nacional en Caracas, tomando en cuenta que la irrupción de Guaidó había levantado los ánimos y los niveles de participación.
Con ese marco multitudinario en las calles de Caracas, el TSJ de la mano de Maikel Moreno aprobaría una sentencia que anularía la elección presidencial de mayo de 2018 y por supuesto declararía que Maduro no era presidente.
Seguido a esa decisión en el TSJ, el general Vladimir Padrino López aparecería, en cadena nacional, acompañado del resto de los integrantes del Alto Mando Militar avalando la sentencia y abriendo la puerta a la transición.
Con Maduro ilegitimado por el TSJ, se instalaría un gobierno de transición que tendría que convocar elecciones en un tiempo prudencial.
Un punto importante del acuerdo era que a Maduro, Cilia y su entorno familiar, además de Diosdado Cabello, se les permitiría salir del país. A los primeros los embarcarían en un avión a Cuba. De Cabello se desconocía su camino.
Todo estaba planeado para una transición política, con aval militar y en paz.
Pero todo se abortó.
¿Qué ocurrió?
La incursión de Leopoldo
Era suficientemente claro que el gran ganador de esa transición que debía iniciarse el 1ro de mayo sería Juan Guaidó, quien capitalizaría el apoyo popular por haber logrado el cambio, dejando a Leopoldo López como uno más de los líderes opositores que participaron.
Eso no era acorde a las ambiciones e interés de López y su entorno. Por eso decidieron adelantar el plan, para que Leopoldo fuera el gran líder del cambio, desplazando a Guaidó.
Por eso López había decidido con anticipación aumentar su papel en la jugada y se reunió en su casa con militares de distintos rangos, como él mismo confesó horas después del fracaso, buscando ser el líder de un momento que, de salir todo bien, marcaría un hito en la historia nacional.
Decidieron actuar 24 horas antes. Guaidó no pudo o no supo detener a quien era el líder fundador de Voluntad Popular, partido al que pertenece el presidente interino. Ahí comenzó la debacle del plan.
Leopoldo López logra salir de su casa con la anuencia del director del SEBIN que ordena a los funcionarios encargados de su custodia que lo dejaran ir.
César Omaña, uno de los operadores financieros más cercanos a López, es quien lo busca en su residencia durante la madrugada del 30A y lo lleva al encuentro con Guaidó en el distribuidor de Altamira.
Leopoldo tenía su propio plan.
Inclusive se comenta que su abogado, Juan Carlos Gutiérrez, había llegado a Venezuela el 29 de abril porque sería designado como Fiscal General de la República, pero perdió el viaje.
Había comenzado el error que llevó al fracaso un plan, que había costado tanto coordinar.
Los hechos
Una vez Guaidó y Leopoldo se concentran en Altamira, supuestamente, comenzaría la Operación “Libertad”.
Cuando Leopoldo empuja a JG por ese camino, todo comienza a trastocarse. Los oficiales del Ejército y la Guardia Nacional que estaban comprometidos, en su mayoría se repliegan.
Al ver aquella escena en pleno distribuidor de Altamira, Maikel Moreno y Padrino López se salen del acuerdo.
No quisieron participar en un golpe de Estado, ya que habían acordado que una sentencia del TSJ desencadenaría los acontecimientos cerrando los flancos para críticas posteriores.
Pero además desconfiaron de Leopoldo, porque estimaron que, si había alterado un acuerdo forjado con el apoyo de EEUU, no cumpliría con el mismo si lograba su cometido y ellos serían de alguna forma “ajusticiados” en el marco del adelanto del plan.
Minutos después que Leopoldo y Guaidó aparecieron en Altamira, los chavistas comprometidos ni siquiera respondían las llamadas que les hacían desde EEUU.
No hubo sentencia.
Mucho menos pronunciamiento militar.
Todo se fue al Guaire y comenzaron los señalamientos.
Los demás son hechos públicos que la mayoría conocemos.
Los señalados
Uno de los primeros en levantar sus acusaciones fue el ex director del SEBIN, general Manuel Cristopher Figuera, quien enfilo sus cuestionamientos contra el presidente del TSJ, Maikel Moreno, a quien señaló de ambicioso.
Pero no tardaron en enfocarse las acusaciones contra Leopoldo López, como el principal responsable del fracaso del 30A y él siempre trató de maquillar su falla, alegando que apenas era el comienzo de una operación que generaría la quiebra final del chavismo.
Su presagio no se cumplió y a partir del 30A comenzó un declive importante en la lucha opositora, que sólo se revitalizó a partir de la exitosa gira internacional que realizó Guaidó a comienzos de este año.
Lo que pudo ser un triunfante 1M, terminó en el fracaso del 30A gracias a una jugada adelantada por Leopoldo López.
La historia lo seguirá juzgando por lo que pudo ser y no fue, gracias a él y sus intereses.
Aún hoy Venezuela espera el inicio de una transición, que pudiera haber estado cumpliendo un año.
Y al final la frase del general Padrino tiene total coincidencia con lo ocurrido: fue una estupidez surgida desde los intereses de un grupito.
Darwin Chávez