(28 de diciembre del 2020. El Venezolano).- La dinámica sociopolítica y socioeconómica de la nación requiere de instrumentos legales actualizados que permitan solventar la crisis inadmisible que agobia, hoy por hoy, a casi todos los residentes en el país, nacionales o extranjeros, salvo excepciones muy contadas y reconocidas por su actividad, como miembros del equipo de gobierno, realidad inaceptable bajo un régimen que se jacta de socialista, que promueve,sobremanera, la igualdad social, así como la distribución justa y equitativa de la renta. Y, es en virtud de toda esa dinámica como la oposición a cargo de su líder, ing Juan Guaidó, presidente interino de la República, reconocido así por más de unas cien naciones, promovió una reforma a este documento mediante el cual se norma el proceso de transición democrática y el Fondo de Liberación Nacional (FLN), aprobadas en asamblea extraordinaria el sábado 26/12, que convocara él mismo. Pero, con sutoexcluidos (voto salvado) de peso en la vida parlamentaria por razones quizá algo inexplicable como la del desacuerdo por designación de una comisión delegada, establecida, constitucionalmente, pues la AN recién electa, impuesta por un poder usurpado y de facto, es írrita. Además, con presunciones de fraude, por lo que se halla bajo cuestionamiento bien fundamentado.
Sin embargo, debió mantenerse la premisa sobre “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, lo cual esperemos no se constituya en una decisión inadvertida y/o desacertada, pues estaría en juego el prestigio político de Guaidó como líder máximo de la oposición, quien mal podría delegar su responsabilidad a manos de cualquier comisión o bancada, puesto que no se está apelando al principio político de maquiavelo “el fin justifica los medios”.