(21 de septiembre del 2020. El Venezolano).- La crisis política, económica y social que sacude a Venezuela es objeto de estudio en los principales centros de pensamiento del mundo, además de gobiernos, universidades, organismos multilaterales, entre otros.
Este fin de semana, dos economistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Emmanuel Abuelafia y José Luis Saboin, publicaron un extenso informe titulado “Una mirada a futuro para Venezuela”, en donde hacen una cruda radiografía de los principales indicadores macroeconómicos del país y proponen qué hacer para que en una eventual transición haya asistencia social a los más necesitados como prioridad y se sienten las bases para el cambio del modelo de gestión de los servicios públicos y del modelo económico general.
Los economistas explicaron en el documento que el colapso en que se encuentra la economía venezolana no tiene precedentes. “El Producto Interno Bruto se contrajo un 70% entre 2013 y 2019, a lo que se suma una reducción esperada del 30% en 2020, lo que la ubica dentro de las mayores crisis del mundo”.
La radiografía de los analistas señala que las expectativas de crecimiento para 2020 son desalentadoras. “Si se incluye el impacto esperado de las nuevas sanciones económicas al comercio de petróleo venezolano, el continuo declive de la infraestructura y el impacto de la pandemia de la covid-19, la contracción podría ubicarse entre el 15% y el 30%, si no se observan cambios sustantivos en el contexto actual”.
Para el BID “un proceso de transición ordenada en Venezuela posibilitaría tomar las medidas necesarias para atacar de manera contundente los retos que enfrenta el país. Esto permitirá la mejora de la calidad de vida de la población y la recuperación de la economía luego de años de mal manejo e inacción. Dada la magnitud de los retos, es necesario enfocarse en planificar la secuencia de intervenciones que permitan, en un primer momento, centrarse en la emergencia y lograr reinstaurar el andamiaje institucional necesario para, luego de estabilizado el país, poder avanzar con el proceso de reformas y consolidar el proceso de mejora de la calidad de vida de la población”.
En el documento se destaca que el Grupo BID ha venido trabajando con las contrapartes del gobierno interino de Venezuela y la comunidad internacional “en delinear y diseñar las principales intervenciones enfocadas tanto en atender la crisis como en reencauzar al país por la senda de un crecimiento económico”.
Las intervenciones no son más que el diseño y ejecución de una política de subsidios directos a la población y a los segmentos de la economía más deteriorados. “La idea es de lograr cubrir a la mayor cantidad de la población en el menor tiempo posible”.
Pero para que haya inversión social es preciso que las propuestas formen parte de por un programa macroeconómico de estabilización de amplio alcance.
La meta es detener el deterioro, recuperar a Venezuela en un lapso de entre dos y cinco años, luego de que se concrete una solución pacífica a la crisis política. La entidad regional y otras fuentes de financiamiento aportarían los fondos, que serán administrados por los ejecutores de políticas públicas venezolanos, bajo estrictos parámetros de auditoría.
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