(13 de marzo del 2025. El Venezolano).- Con nerviosismo algo gris; tal vez un poco teatrero, el señor Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano, ha sugerido al nuevo secretario general de la OEA que “Venezuela pone en peligro los intereses de seguridad nacional de EEUU; asimismo, Cuba y Nicaragua, representan una amenaza para la región”.
Y, aunque presumimos de su buena fe por trabajar junto con ese organismo en pro de su misión primordial cual es guarda de la democracia, promover y defender los derechos humanos, así como fomentar la seguridad y prosperidad económicas, en pro de la ‘estabilidad vital’ del continente. Pero, elude quizá instintivamente, la situación sicosocial de su país, donde por los hechos recurrentes que a diario reseñan los medios, existe una seguridad pública y personal muy cuestionables; pues, por lo general surgen noticias sobre tiroteos que originan niños o párvulos en recintos de cualquier institución educacional y hasta por plena vía pública, aparte de que su país prosiga supuestamente, en casi todos los aspectos como “el más seguro, más fuerte y más próspero”. Pero, le inquieta, el crimen transnacional, además de los regímenes autoritarios y corruptos, tales como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Y, obvia las omisiones reiteradas de la FAA.
La actitud del señor Rubio al ver la paja en el ojo ajeno y obviar la viga que hay en el suyo, es muy típica en todo funcionario norteamericano de su posición puesto que por allá casi todo sin excepción, funciona al óptimo e “infaliblemente”. No obstante, aun cuando existe el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, en inglés) responsable de la seguridad pública (protección contra ataques terroristas, con la coordinación de los cuerpos de defensa), análoga a los ministerios del interior de otros países. Por su parte, el USCIS, ofrece los servicios de ciudadanía e inmigración.
Sería muy significativo y ejemplarizante para el continente, si esa nación tan representativa por sus íconos universales de cualidades humanas y democráticas, sus autoridades la sometiesen a un autoanálisis o autorreflexión acerca de sus intríngulis sociales tan cuestionables por sus manifestaciones públicas mencionadas. Entonces, ¿Dónde está el problema de seguridad nacional en su máxima expresión?