(09 de noviembre del 2024. El Venezolano).- A lo largo de la historia, diversas dictaduras han recurrido a la desaparición forzada de personas como una estrategia para silenciar opositores, generar miedo y mantener el control político.
La misteriosa desaparición de Sofía María Sahugún Ortiz en el aeropuerto de Maiquetía es una representación de uno de esos casos. Desde hace al menos 50 días, ni sus familiares ni abogados han podido conocer su paradero. Tampoco han sido notificados de su posible arresto por parte del Estado venezolano.
Lo último que supieron los familiares de Sofía Sahagún sobre su paradero fue cuando ella había cruzado inmigración en el aeropuerto de Maiquetía, próxima a abordar un avión que la llevaría a visitar a su madre en Madrid, España. Sin embargo, Sofía nunca abordó ese vuelo. Por el contrario, desde ese 23 de octubre, su paradero es un completo misterio.
“Estamos convencidos de que Sofía desapareció en el aeropuerto. Todo estaba en orden, llegó a tiempo, realizó el chequeo migratorio y, de repente, se esfumó”, dijo la familia en conversación con El Nacional. Aseguran que han agotado todos los recursos disponibles, incluyendo búsquedas en hospitales, comisarías y morgues, pero no han encontrado ninguna pista que los lleve a su ubicación.
¿Qué se sabe de la desaparición de Sofía Sahagún?
Según los familiares, Sahagún llegó puntualmente al aeropuerto y realizó los trámites de migración sin problemas. Pero la última conexión que tuvieron con ella fue la noche de ese 23 de octubre. Su teléfono móvil permanece apagado desde entonces. «Es como si se la hubiera tragado la tierra», expresó un familiar, visiblemente afectado. “Estamos desesperados. No sabemos si está viva, retenida, si ha sido golpeada».
El caso ha tomado un matiz inquietante tras conocerse que un familiar cercano confirmó que la familia Sahagún es amiga de muchos años de María Corina Machado. Los familiares temen que este lazo pueda haber convertido a Sofía Sahagún en un blanco de represalias políticas.
“¿Acaso es un delito tener vínculos familiares con personas que luchan por la libertad y los derechos en Venezuela?”, cuestionó con indignación el familiar, quien pidió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
El caso de Sofía constituye una desaparición forzada, según abogados consultados por este diario. Ésta ocurre cuando una persona es detenida, secuestrada o privada de libertad por agentes del Estado o grupos vinculados a él, seguido de la negativa a reconocer el hecho o informar sobre el paradero de la persona.
Es un acto que no solo vulnera el derecho a la libertad personal, sino que convierte a la víctima en un ausente permanente. La víctima, en ese sentido, queda suspendida entre la vida y la muerte. Esto es lo que hace que la desaparición forzada se considere un crimen de lesa humanidad.
Los psicólogos describen la desaparición de un familiar como un «duelo ambiguo». Es una situación en la que no se puede confirmar la muerte ni la vida de la persona desaparecida. Esto genera un estado de incertidumbre constante que dificulta el proceso normal de duelo.
Denuncias que no han recibido respuesta
Los familiares y abogados de Sofía Sahagún han acudido a todas las instancias institucionales posibles en busca de su paradero.
Primero, presentaron denuncias en la Fiscalía, donde los rechazaron y remitieron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), quienes tampoco aceptaron el escrito. Ante la falta de respuestas, acudieron con las denuncias a la Defensoría del Pueblo para dejar constancia de los hechos que han ocurrido desde el día de la desaparición.
Mientras esto ocurre, la señora Belkis, madre de Sofía enfrenta una doble crisis. Por un lado, la inminencia de una cirugía que pone en riesgo su propia salud física, y por otro, el tormento emocional de no tener a su hija a su lado para acompañarla. Por esa razón, Sofía iba a tomar un vuelo hacia España.
La ausencia de su hija incrementa su ansiedad. También agrava su estado físico, ya que el estrés tiene un impacto directo en su capacidad para afrontar el tratamiento médico, advierten los familiares. El temor constante y la falta de certezas sobre el paradero de Sofía le generan un estado de hipervigilancia que dificulta su recuperación física y emocional.