(10 de abril del 2024. El Venezolano).- El poeta y pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson dijo: “El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino” Nunca me detendré, desde mi perspectiva, en la lucha por el empoderamiento femenino.
Por Sophia Lacayo
Pero, para resolver un problema el primer paso es reconocer que existe. Y los escollos en el camino hacia el éxito son reales y en muchas ocasiones inmensos, aunque no infranqueables. Una de cada 10 mujeres en el mundo vive en la pobreza extrema. De continuar las tendencias actuales, se estima que en 2030 el 8 por ciento de la del sexo femenino, o sea unos 342,4 millones de mujeres y niñas todavía vivirá con menos de 2,15 dólares estadounidenses al día.
La mayoría (220,9 millones) residirá en el África Subsahariana. Para nadie es un secreto que las mujeres tienen menos probabilidades de tener acceso a la protección social. Las desigualdades de género en el trabajo de calidad se traducen en una brecha de acceso a los beneficios de protección social que se adquieren mediante el empleo, como las pensiones, las compensaciones por desempleo o los beneficios por maternidad. La cobertura de las mujeres va a la zaga de la de los hombres en 8 puntos porcentuales (34,3 por ciento y 26,5 por ciento respectivamente). Se calcula que un 73,5 por ciento de las mujeres trabajadoras asalariadas carece de acceso a esta cobertura social. Las mujeres padecen, igualmente, una mayor inseguridad alimentaria que los hombres. La brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria ha pasado del 1,7 por ciento en 2019 a más del 4 por ciento acorde a las últimas cifras oficiales, con un 31,9 por ciento de las mujeres en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en comparación con el 27,6 por ciento de los hombres. Este fenómeno es todavía más acusado para las mujeres mayores y las indígenas, las mujeres afrodescendientes, las personas de género diverso, las personas con discapacidades y las que viven en zonas rurales y remotas.
A quienes vivimos en democracias occidentales puede parecernos un tema distante o difuso pero las estadísticas nos hacen abrir los ojos. Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de acceder a las instituciones financieras o de disponer de una cuenta bancaria. La brecha de género en la titularidad de cuentas bancarias se redujo en 2021 después de años de estancamiento, aunque los porcentajes varían según las economías. En los países en desarrollo, la distancia entre géneros se sitúa en el 6 por ciento. Incluso en la era digital un 37 por ciento de mujeres en todo el mundo que no usan Internet, lo que significa que hay 259 millones menos de mujeres que hombres que tienen acceso a la red. Más de 2.700 millones de mujeres en todo el mundo enfrentan restricciones legales que limitan su libertad de elección laboral en comparación con los hombres. Un análisis de 2023 que evaluó 190 economías reveló que más de un tercio de ellas, es decir, 69 economías, tienen leyes que restringen la capacidad de las mujeres para trabajar, mientras que 43 carecen de legislación contra el acoso sexual en el lugar de trabajo. A pesar de tener una probabilidad ligeramente menor de estar desempleadas en comparación con los hombres, las mujeres sufren un déficit de empleo significativamente mayor.
En 2022, la tasa de desempleo mundial fue del 5.7% para las mujeres y del 5.8% para los hombres. Sin embargo, la incidencia de déficit de empleo fue del 15.0% para las mujeres y del 10.5% para los hombres, lo que se traduce en 153 millones más de mujeres con necesidades de empleo insatisfechas en comparación con 115 millones de hombres. La brecha salarial de género sigue siendo una preocupación importante, con las mujeres ganando aproximadamente el 80% de lo que ganan los hombres. Esta cifra, sin embargo, subestima la verdadera magnitud de la desigualdad salarial, especialmente en países en desarrollo donde el empleo informal por cuenta propia es predominante. Eleanor Roosevelt sostuvo que “la mejor manera de predecir el futuro es crearlo” y en ello debemos poner nuestro sudor y esfuerzo. Trabajar en conjunto para un mañana que se me antoja posible.
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