(06 de abril del 2022. El Venezolano).- Con sólo 36 años, Gabriel Boric se transformó en la gran novedad política del continente al poner fin a la alternancia en el poder de las dos grandes coaliciones que gobernaron su país durante los últimos 30 años y convertirse en el presidente más joven de la historia de Chile. Su llegada a La Moneda, después de las masivas protestas sociales de 2019 y mientras se elabora una nueva Constitución, fue la última señal de que la dirigencia que sirvió para salir de la dictadura de Pinochet y crecer con estabilidad, descenso de la pobreza y baja inflación -una rareza en la región- ya no era capaz de dar respuestas a desafíos pendientes de larga data y nuevas demandas sociales.
En su país y en América Latina, el ex dirigente estudiantil y estrella naciente de la “nueva izquierda” genera entusiasmo y temores en dosis similares en diversos sectores. Antes de finalizar su primer viaje internacional en Buenos Aires, recibió a Infobae en la embajada chilena para una entrevista.
-Está cerca de cumplir su primer mes como el presidente más joven de la historia de su país, ¿Lo está disfrutando o lo está sufriendo?
-Es un proceso de aprendizaje permanente, de desafíos que no paran. Un presidente de una república amiga me dijo que ser presidente del siglo XXI es estar permanentemente administrando crisis. Y el problema es que si uno se dedica a administrar crisis, pierde el rumbo. Entonces es muy importante, a la vez que uno administra la coyuntura, tener muy claro hacia dónde quiere ir. Y yo he tratado de preocuparme de no ser un opinador de la coyuntura, sino más bien un presidente que esté pensando en cómo enfocar el barco hacia el puerto a donde vamos. Eso no es fácil. Seguramente traerá dificultades en términos de encuestas de opinión y cosas así, pero yo creo que es lo correcto pensar en el largo plazo más que solo en la próxima hora.
Lea la entrevista completa en Infobae.