(21 de agosto del 2020. El Venezolano).- exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden aceptó este jueves la candidatura del Partido Demócrata de cara a las elecciones del próximo mes de noviembre.
“Con gran honor y humildad acepto esta candidatura para presidente de Estados Unidos”, declaró Biden al asumir la nominación durante la cuarta y última noche de la Convención Nacional Demócrata, un evento que, por primera vez en la historia, se celebró de manera virtual debido a la pandemia del coronavirus, reseña VOA.
Durante su intervención, el demócrata rememoró su trabajo como mano derecha del expresidente Barack Obama e identificó el preciso momento en que decidió que tenía que presentarse a estas elecciones, poco después de los incidentes que tuvieron lugar en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto de 2017, cuando un manifestante de extrema derecha acabó con la vida de Heather Heyer.
“¿Seremos la generación que erradique el racismo de nuestro carácter nacional?”, se preguntó Biden esta noche. “Yo creo que podemos, creo que estamos preparados. Justo ayer hizo una semana del tercer aniversario de los sucesos de Charlottesville. Cierren los ojos (…). ¿Recuerdan qué dijo el presidente cuando le preguntaron? Él dijo, y cito, que había «gente muy buena en ambos bandos». Esa fue una llamada de atención para todo el país, y para mí un llamado a la acción. En ese momento supe que debía postularme”.
Biden exhortó a sus seguidores a ganar “por esas comunidades que han sentido la injusticia de una rodilla en el cuello, de todos aquellos jóvenes, no sólo en EEUU, que se enfrentan a una creciente desigualdad”.
El exsenador por el estado de Delaware, a quien el presidente Donald Trump suele llamar ‘Sleepy Joe’ (Joe, el adormilado), mostró su rabia en algunos momentos de la noche, especialmente, al hablar de la gestión de la pandemia del coronavirus por parte del que será su oponente en las urnas.
“Nuestro actual presidente ha fracasado en su obligación más básica para con el país: ha fallado al protegernos”, espetó, al anunciar que, en caso de hacerse con la Casa Blanca, establecerá una “directriz a nivel nacional” sobre el uso obligatorio de mascarillas. “No como una carga, sino como nuestro deber como patriotas, para protegernos los unos a los otros”.
Esta medida, o promesa de campaña, era ya conocida desde hace días y había dado pie a Trump a echarle en cara al candidato demócrata su falta de conocimiento del cargo, ya que, según dijo, el presidente carece de “autoridad” para imponer semejante medida a nivel nacional.
“Quiere que el presidente de Estados Unidos, con un trazo de bolígrafo, obligue a más de 300 millones de ciudadanos estadounidenses a llevar mascarilla, durante un mínimo de tres meses (…). No identifica cuál es la autoridad que el presidente tiene para decretar tal mandato”, dijo el presidente el pasado 13 de agosto.
Biden ha explicado, no obstante, que su intención es convencer a los gobernadores de la conveniencia de implementar esta medida y ha defendido la necesidad de adoptar una estrategia a nivel nacional para hacer frente al COVID-19, que ya se ha cobrado más de 170.000 vidas en todo el país.
En este sentido, el exvicepresidente se comprometió a que su “primer paso” como mandatario sería “tomar el control de un virus que ha destruido tantas vidas”. “Si este presidente es reelecto, saben lo que pasará. Los casos y las muertes continuarán siendo demasiado elevados”, advirtió.
El programa y la fórmula
La intención del demócrata, según dijo, es “recuperar el liderazgo mundial que durante años caracterizó a Estados Unidos”, para lo cual intentará restaurar las buenas relaciones con aliados históricos y actuará con mano dura frente a los adversarios.
“Bajo la presidencia de Biden, EEUU no hará la vista gorda a las recompensas rusas sobre las cabezas de soldados estadounidenses. No toleraré injerencias extranjeras en nuestro más sagrado ejercicio democrático: votar”, dijo, en referencia a dos acusaciones vertidas desde EEUU contra el Kremlin.
Asimismo, Biden se comprometió a subir los impuestos a los más ricos y a las grandes corporaciones, no como “castigo”, sino para reducir la brecha de la desigualdad. Además, subrayó que la Seguridad Social es “sagrada” y aseguró que ‘corre peligro debido a las promesas de Trump de acabar con algunos de los impuestos que la financian”.
Al concluir la velada, el propio Trump reaccionó a la intervención de su oponente, a la que se refirió como “solo palabras”.
“En 47 años, Joe no ha hecho nada de lo que ahora dice. Nunca va a cambiar, son solo palabras”, dijo Trump vía Twitter, en referencia a la dilatada carrera política de Biden.