(28 de agosto del 2019. El Venezolano).- El persistente humo sobre la Amazonía preocupaba a los brasileños que dicen que los problemas respiratorios, especialmente en niños y ancianos, se han incrementado a medida que los incendios arrasan la región.
“A los niños les afecta más. Tosen mucho”, dijo Elane Diaz, una enfermera en Porto Velho, la capital del estado de Rondônia, mientras esperaba para entrar a una consulta en el hospital 9 de Julio con su hijo Eduardo, de cinco años. “Tienen problemas para respirar. Me preocupada porque afecta a su salud”.
El número de personas atendidas por problemas respiratorios aumentó drásticamente en los últimos días en el hospital infantil Cosme e Damião de la ciudad.
“Este periodo ha sido muy difícil. El clima seco y el humo causan muchos problemas en niños, como neumonía, tos y secreción”, dijo Daniel Pires, pediatra y director adjunto del hospital al diario Folha de S. Paulo. “Desde el 1 al 10 de agosto, el promedio de casos fue de aproximadamente 120 o 130 niños con problemas respiratorios. Desde el 11 de agosto (al 20 de agosto) subió a 280 casos”.
Los crecientes temores sobre el impacto de los fuegos en la salud aumentan a medida que lo hace el número de incendios, con más de 77.000 documentados por el Instituto Espacial Nacional en el último año. Alrededor de la mitad se registraron en la región amazónica, y la mayoría de ellos en el último mes, informó AP.
Pero aunque las dolencias relacionadas con el aparato respiratorio parecen incrementarse, la situación ha quedado eclipsada en los últimos días por las crecientes tensiones entre Brasil y los países europeos que buscan ayudar a combatir los incendios en la Amazonía y a proteger una región considerada vital para la salud del planeta.
En una cumbre en Francia, las naciones del G7 se comprometieron el lunes a combatir los fuegos y a proteger los bosques tropicales con una donación de 20 millones de dólares, además de las aportaciones independientes de 12 millones de dólares de Gran Bretaña y de otros 11 de Canadá.
La Amazonía ha experimentado un incremento en la tasa de incendios durante periodos secos en los últimos 20 años, pero el fenómeno de este año es “inusual” porque aún no se presentó la sequía, explicó Laura Schneider, de la Universidad Rutgers-New Brunswick.
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Por el momento, comienzan a vislumbrarse las consecuencias más inmediatas de las llamas. Los expertos señalan que la exposición al humo puede provocar rinitis, sinusitis y problemas respiratorios, como asma y bronquitis, en los residentes, mientras que una exposición crónica podría derivar en enfermedades como el enfisema pulmonar.