(09 de enero del 2021. El Venezolano).- Son expresiones que estos días se repiten en Estados Unidos para explicar por qué algunos de los históricos aliados del presidente Donald Trump han tomado distancia o directamente han roto con él.
Desde legisladores del Partido Republicano hasta miembros de su gobierno, son varias las figuras que han dicho «basta ya» tras los sucesos del miércoles en Washington DC, donde una turba de violentos seguidores del mandatario asaltó el Capitolio.
Las insólitas imágenes de decenas de personas quebrando la seguridad, invadiendo la sede del Congreso estadounidense y ocupando varias de sus salas causaron estupor e indignación en un país poco acostumbrado a este tipo de escenas.
Rápidamente, las miradas se pusieron en Trump, quien antes de la marcha hacia el Capitolio había pronunciado un incendiario discurso en el que insistió, sin pruebas, en que las elecciones de noviembre fueron un robo.
A la vista del caos y la falta de contundencia de Trump para rechazar el ataque, múltiples voces exigieron la renuncia del presidente o que fuera sacado del poder mediante un juicio político o por invocación de la enmienda 25 de la Constitución.
Lo llamativo del caso fue que, a diferencia de lo sucedido con otros escándalos de los cuatro años de presidencia de Trump y de su época de candidato, varias de estas voces llegaron del campo republicano.
Hay quien dice que estos posicionamientos llegan tarde, cuando a Trump solo le quedan 13 días en la Casa Blanca y después de otras situaciones que merecían una reacción similar.
Para otras personas, es mejor tarde que nunca, y la unión que se vio en el Congreso entre legisladores de partidos rivales tras los alarmantes sucesos del Capitolio augura tiempos mejores.
Está por ver si el video difundido por Trump en la tarde de este jueves, en el que condena los hechos del miércoles y por primera vez admite claramente que el 20 de enero habrá un nuevo gobierno y acaba su mandato, ayuda a calmar los ánimos y le reconcilia con sus compañeros de filas.
El distanciamiento de fieles aliados
Además de una cadena de dimisiones en el entorno de Trump, que explicamos más adelante, los hechos del 6 de enero marcaron, sobre todo, el creciente aislamiento en el que se encuentra el presidente.
Sus más fieles aliados en el Partido Republicano -el vicepresidente, Mike Pence; el líder del Senado, Mitch McConnell, y el senador por Carolina del Sur Lindsey Graham- terminaron por darle la espalda en su intento de revertir el resultado de las elecciones del 3 de noviembre.
Esta ruptura se hizo particularmente evidente el miércoles durante la sesión conjunta del Congreso para certificar la victoria del demócrata Joe Biden.
Con información de la BBC