(01 de octubre del 2024 El Venezolano).- Contra todo pronóstico, la llamada oposición democrática llegó cohesionada y fortalecida a las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Dos meses después de los comicios, respaldados en la data de las actas de votación, los adversarios de Nicolás Maduro siguen exigiendo al CNE la publicación de los resultados de los comicios e insisten en la victoria electoral. Al mismo tiempo, enfrentan grandes desafíos como la represión política contra los dirigentes y testigos electorales, la merma de la movilización; el exilio forzado de Edmundo González Urrutia y diferencias a lo interno.
El 25 de septiembre, la Plataforma Unitaria señaló que «151 de los más de 1.800 presos políticos del régimen de Maduro son activistas políticos de las fuerzas democráticas».
La coalición opositora ha agradecido el respaldo de varios países en la defensa de los valores democráticos en Venezuela, reportó Tal Cual.
«La comunidad internacional rechaza la persecución y las detenciones arbitrarias, además de aplaudir la expresión de la voluntad popular del pueblo venezolano a través del voto el pasado 28 de julio. Al igual que los venezolanos, el mundo sabe muy bien la verdad de lo ocurrido y, por tanto, debe respetarse la soberanía popular expresada», reiteró la Plataforma Unitaria el 27 de septiembre.
Ese mismo día, la líder opositora María Corina Machado ratificó: «El mundo nos acompaña y ratifica que Edmundo González Urrutia es el presidente Electo de Venezuela. Juntos, lograremos que se respete nuestra soberanía popular. Avanzamos».
Ricardo Ríos, presidente de Poder &Estrategia, indica que en Venezuela hay «oposiciones», una distinción que el gobierno de Maduro también asumió como bandera para la propaganda política y que le ha calzado para impulsar la fragmentación.
«En ese abanico, hay desde planteamientos muy similares al gobierno hasta otra oposición que cuestiona la vía electoral. Está el sector que participó el 28 de julio que no apoyó la candidatura de Edmundo González Urrutia y que representó menos de 5% de la población. Y está el grupo que apoyó a González y la amalgama que lo acompañó, donde está la Plataforma Unitaria y María Corina Machado», señala.
Ríos añade que el ascenso de Machado, tras imponerse en las primarias de 2023, la convirtió en una figura legítima opositora que desplazó a los partidos tradicionales. El analista considera importante realizar estas precisiones en el contexto de hechos como la salida de González Urrutia del país, en la que se señala la participación de algunos sectores de Primero Justicia, así como la renuncia de Henrique Capriles a la directiva de PJ.
«Todo esto habla de que la oposición, que tuvo una confluencia estratégica el 28 de julio, está fragmentada. Esa es una realidad. Hay una oposición que está haciendo cálculos para las elecciones regionales y una oposición que está concentrada en hacer valer el resultado de las elecciones», enfatiza Ricardo Ríos.
En el planteamiento sobre la fragmentación luego del 28 de julio coinciden el politólogo Piero Trepiccione y Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas. Trepiccione identifica algunas fallas opositoras en los últimos dos meses en materia de coordinación y vocería, y asevera que «los viejos fantasmas de las divisiones internas pueden estar haciendo mella en algunos ejercicios estratégicos».
Sin embargo, a juicio del analista, el todo es mayor que la suma de las partes.
Daniel Varnagy afirma que esa oposición que fue bastante unificada a las elecciones presidenciales se partió en dos: «Hay un grupo de la oposición que, ciertamente, entiende los resultados electorales, que hubo un claro mandato popular y que hay una situación de distrofia electoral. Pero, también hay otro grupo que quiere ver otra vez un beneficio de toda esta situación», asevera.
Apunta que el personalismo político está volviendo a subir. «La renuncia de Capriles a la directiva de Primero Justicia evidencia algunos temas personalistas, las acusaciones son entre personas, no entre ideas. Eso es un síntoma», indica.
Varnagy considera que, en el camino al 10 de enero, surgirá el grupo proclive a la negociación con el gobierno de Maduro por una cuota para parte del poder. «El otro grupo dice aquí se hicieron unas elecciones, quedó un resultado que para el resto del mundo es claro, para nosotros es claro y eso lo tenemos que defender», agrega.
«La reconfiguración opositora está relacionada con la forma cómo va a arrancar el nuevo período presidencial. La ausencia de instituciones en el país es tan grande y tan grave que todo tiene que ser adaptativo», resalta Daniel Varnagy.
Eficacia política de la oposición
Por otra parte, Ricardo Ríos resalta que el 28 de julio fue una gran victoria en términos de movilización, de organización y en el aspecto comunicacional. A su juicio, este paso tuvo una eficacia política que califica como limitada.
«Eso tenía que escalar a movilización masiva, popular, que pudo ocurrir entre el 29 y el 31 de julio. En buena medida ocurrió, no fue acompañada por el liderazgo y en buena medida fueron movilizaciones espontáneas. Esa falta de acompañamiento hizo que no escalara el conflicto en lo que se llama en política el momentum«, apunta.
Ríos cree que el liderazgo que representa María Corina Machado puede tener un sentimiento nacional, pero que no se expresa en movilización popular por miedo y represión y por no lograr en el corto plazo la eficacia política que implica el cambio de gobierno o una ruptura evidente en el gobierno nacional.
El analista valora los esfuerzos de la comunidad internacional y el respaldo a la lucha opositora, pero enfatiza que en el ámbito interno se ha perdido fuerza y capacidad de maniobra.
Por su parte, Daniel Varnagy señala que hay mucho descontento en distintos sectores del país. Agrega que, en este momento, la esperanza es «fría y gris», pero existe.
Articulación clave
El politólogo Piero Trepiccione expresa que pudiera parecer que la oposición vive un estancamiento. Sin embargo, en su análisis no lo pondera de esa manera.
«Yo creo que se ha intentado mantener el apoyo de buena parte de la comunidad internacional, se ha buscado articular con diferentes factores y se están buscando alternativas creativas en el mundo de la diplomacia distintas a lo que fue el formato del gobierno interino. También se está tratando de mantener, al menos, una mínima articulación en el territorio, en el país, a pesar de las limitaciones para hacer política hoy en día en Venezuela», puntualiza Trepiccione.
Por otra parte, el politólogo subraya que mantener vivo el escenario interno es uno de los retos opositores dado el clima de restricción a la libertad y a la participación política. Apunta que el funcionamiento activo debe mantenerse en un clima de mucha prudencia.
Dentro de la ecuación opositora tras el 28 de julio debe sumarse la salida de González Urrutia al asilo político en España. Trepiccione recuerda que el diplomático fue el ganador según las actas difundidas por la Unidad, y llama la atención sobre el clima de represión que ha dificultado el engranaje opositor.
«Eso, sin duda, ha entorpecido la organización y los planes en el territorio de las fuerzas políticas alternativas en Venezuela. No obstante, con la salida de González Urrutia, la vocería política desde el exterior, puede facilitarse y seguir ganando apoyo diplomático, sin dejar de potenciar la lucha interna», asevera.
El 27 de septiembre, González Urrutia, durante un encuentro con la presidenta del Parlamento Europeo, habló en nombre de Venezuela y de todos los venezolanos, «como depositario de la soberanía popular». En ese sentido, sostuvo que el país necesita voces «para alcanzar una transición en paz, y construir una ruta hacia la democracia y la libertad».