(22 de agosto del 2022. El Venezolano).- Los niños de Florida comienzan el nuevo año escolar con una terrible desventaja.
Escrito por Fabiola Santiago
Los maestros, aquellos que permanecieron en sus empleos y no se unieron al éxodo de la era de COVID, están poniendo en gran medida su mejor cara, feliz y tradicional, para dar la bienvenida a los 2.9 millones de estudiantes volviendo a escuelas públicas del estado.
Pero tras la alegría de la llegada de autobuses escolares amarillos y los chillidos alegres de amigos que se vuelven a encontrar, la realidad es un desastre. Resulta que los maestros de Florida no estaban dispuestos a aceptar tantos abuso, tanto salario bajo, tanta falta de respeto por parte de los padres y legisladores.
Se marcharon en masa, dejando una grave escasez de maestros, para-profesionales y personal administrativo: 9,500 vacantes sin cubrir en todo el estado, según la Asociación de Educación de la Florida, el sindicato de maestros más grande del estado.
DESANTIS ALIMENTA LA HOSTILIDAD
La culpa de la crisis recae directamente sobre los hombros del gobernador Ron DeSantis y la Legislatura de Florida.
En lugar de abordar la escasez de maestros que nos afecta negativamente a todos, pasaron la sesión legislativa organizando guerras culturales de extrema derecha para complacer a su base conservadora en beneficio de las ambiciones políticas de DeSantis y las elecciones de mitad de período.
Las políticas de educación de politiquería divisiva del gobernador han contribuido en gran medida al cansancio de los educadores con exceso de trabajo y mal pagados.
No, la afirmación burlona de los apologistas de DeSantis de que “ya nadie quiere ser maestro” no es cierta. Los maestros, incluida mi hija mayor, “Maestra del año”, se han ido de la Florida en busca de mejores salarios y menos política, religión e intromisión del gobierno en sus aulas.
Lo que más lamenta es dejar a los estudiantes de ESOL (Inglés para Hablantes de Otros Idiomas) que tanto amaba y a sus padres, a menudo perdidos, a quienes dedicó incontables horas no remuneradas en una ciudad donde el español no es común.
Pero ahora tiene otros nuevos para nutrir en otro estado, donde le pagan mejor, es mejor tratada y se le deja en libertad para hacer lo que mejor sabe hacer dentro de las pautas académicas ya existentes. La crisis en Florida no sorprende a nadie en los círculos educativos, pero si la respuesta de DeSantis. Ahora el gobernador quiere asignar empleos en educación a veteranos de guerra sin experiencia y sin certificación, a policías retirados y a socorristas, una bofetada a los maestros que dedicaron cuatro años de universidad, pasantías y educación continua para especializarse y recertificarse en sus campos.
Esto es solo una muestra más de la falta de respeto que DeSantis ha mostrado a los educadores durante todo el año en su intento de convertir a las escuelas en campos de adoctrinamiento con la ley “Stop WOKE” que degrada a los negros y la historia negra y la ley “No digas gay”, que busca silenciar a maestros, estudiantes homosexuales y a sus aliados. Se logró la comodidad en la escuela para el estudiante blanco, heterosexual e inseguro.
Ahora ellos también tienen que lidiar con las consecuencias de una educación inferior. Nada de esto ayudará a los niños que acaban de comenzar la escuela. Muchos de estos estudiantes ingresan a aulas abarrotadas. A otros les enseñarán administradores que trabajarán con ellos dos o tres días a la semana, una responsabilidad adicional para estos no remunerada, gracias a DeSantis.
Y por eso, los administradores también están abandonando el barco. Durante el año escolar 2017-18, antes de que DeSantis se convirtiera en gobernador, el tamaño promedio de las clases en las escuelas públicas de la Florida para maestros en clases independientes era de 18.9, según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas. El lunes, mi nieta, integrante del cuadro de honor, comenzó el cuarto grado en un salón de clases de una escuela pública con 27 niños; su clase de matemáticas tiene 29. Imagínese cuánto peor resulta el hacinamiento para los niños con necesidades especiales y los que aprenden más lentamente.
USE SU VOTO
Cada uno de nosotros es dueño de una parte de la debacle.
Este terrible momento en la educación de la Florida es cortesía de los votantes. En última instancia, ellos deciden las políticas que impulsarán el éxito o el fracaso cuando emiten votos para cargos locales y estatales. La crisis de los docentes muestra cuán profunda ha sido la caída de la educación de Florida bajo DeSantis, quien ha designado únicamente políticos complacientes vinculados a escuelas privadas como el republicano Manny Diaz Jr. para dirigir el Departamento de Educación. El martes, votaremos para elegir candidatos respaldados por DeSantis a la Junta Escolar — o candidatos mejor calificados que no estén respaldados por él, pero que sí están respaldados por el sindicato de maestros.
Ellos conocen la situación. Han estado advirtiendo sobre la escasez de maestros que se avecina, y nadie que pudiera hacer algo al respecto los escuchó. Votar por personas que fomentan una atmósfera hostil de la cual los maestros huirán no favorece el mejor interés de nuestros hijos. Hasta que votemos más sabiamente, les debemos un aplauso a los maestros que se quedaron. Son los héroes, y esperamos que obtengan más de lo que necesitan y merecen de parte de los padres, — sobretodo respeto— este año escolar.