(03 de noviembre del 2021. El Venezolano).- Subrepticiamente, las transnacionales petroleras Schlumberger, Halliburton y Baker Hughes que conforman parte de una cantidad considerable de empresas operativas en la industria del petróleo y gas de Guyana, sobre plena “ZONA en RECLAMACIÓN” mediante el traslado de operaciones de suministro desde Trinidad y Tobago y otros lugares a Guyana en virtud de las perspectivas para la ejecución de proyectos sobre el espacio de la zona en disputa territorial, en tal condición conforme al Acuerdo de Ginebra (2/1966), proyectos de entre el que destaca uno de los más importantes, tal y como la construcción de un gasoducto, que gestiona Exxon Mobil, sobre el pozo Liza-1 del bloque Stabroek con extensión de unos 800 km cuadrados y producción de unos 120 Mbpd, y proyección de unos 220 Mbpd para 2024, su proyecto insignia, aparte de una inversión equivalente a unos USD nueve MM en campo Payara, costa afuera de Guyana, mediante operación de unos cinco buques FPSO para la producción de unos 750 Mbpd, según World Energy Trade. Además, Exxon ve el potencial de hasta unos diez buques FPSO para desarrollo de la estimación actual, equivalente a más de unos nueve MMbp en el bloque Stabroek, en unos tres proyectos aprobados, Liza Fase 1, Liza Fase 2 y Payara. La mano de obra local está a cargo de una empresa conjunta (GOGSSI/TOFCO), de capital guyanés/trinitario.
Por otra parte, Hess Corp ha logrado unos 18 descubrimientos en menos de un lustro, con potencial de producción estimado en unos 750 Mbp.
Trátase de un desafío que elgobierno guyanés ofrece a Venezuela en virtud del aumento de los precios del gas natural y combustibles, así como por la desinversión nuestra en la industria petrolera, aparte de otros errores cometidos por el presidente extinto Hugo Chávez durante 2008.
Geopolíticamente, tal y como es sabido, mantenemos una disputa histórica por el territorio Esequibo, de consenso político muy amplio. No obstante, el ingreso de corporaciones petroleras refuerza el poder geopolítico guyanés, lo que podría fortalecer y/o radicalizar su postura, pues ha decidido obviar la negociación directa con nosotros ateniéndose a una decisión (fallo) de la CIJ, que en 2020 se declaró competente para dirimir sobre la materia, cuya jurisdicción desconoce Venezuela.
En efecto, el petróleo enriquece a Guyana, pero exacerba las tensiones étnicas y las preocupaciones medioambientales, pues se gesta una transformación socioecioeconómica provocada por la prosperidad petrolera por apropiación de nuestros recursos para convertirse en gigante petrolero, por la actitud pasiva del gobierno venezolano.