(28 de octubre del 2021. El Venezolano).- Un hombre y una mujer, muy educados y que hablaban en inglés, llegaron a cenar al restaurante Atrio de Cáceres la noche del lunes. Ella había hecho la reserva en el restaurante y también en el hotel que tiene el establecimiento. Después de cenar, los dos visitaron la bodega, una opción que se ofrece a los clientes. La recorrieron y se fueron a la habitación, pese a que él no estaba registrado. Todo normal. Incluso el que hablaran en inglés, porque estas semanas se rueda en la ciudad extremeña una secuela de Juegos de Tronos.
A la 1.30 de la madrugada -ya del martes- el hombre llamó al turno de noche para pedir algo de comer. La cocina está cerrada, les dijo el recepcionista. Pero intento buscar una solución y atender a los huéspedes. Abandonó su puesto, fue a consultar si les podían dar algo y, en ese tiempo, según las primeras investigaciones, la pareja bajó a la bodega y se llevó 45 botellas de los vinos más caros del local.
Esa fue la escena “de película” que se vivió la noche del martes en el restaurante del chef Toño Pérez y su pareja José Polo. Atrio es uno de los restaurante más reputados de España, con dos estrellas Michelín, tres Soles Repsol y una de las mejores bodegas del mundo, al frente de la cual está el propio Polo.
La pareja, según ha trascendido, se llevó, entre otros caldos, 38 botellas de Romanée Conti, pero, sobre todo, dejó a Atrio huérfano de la joya de la corona: un Chateau d’Yquem de 1806. Pérez y Polo rescataron esa botella en una subasta histórica de la casa Christie’s en el año 2000. Para conservar el contenido de un caldo tan antiguo, los propietarios de Atrio y los responsables de Christie’s idearon un sistema para cambiarlo de la botella original, fracturada, a una nueva sin que el vino se oxidase. Y lo consiguieron.La botella de Chateau d’Yquem de 1806 era la joya del restaurante y estaba valorada en unos 150 mil euros
En un comunicado emitido por el restaurante, se ha explicado que el robo se produjo a la 1.30 horas del pasado martes. El relato es el siguiente: “Ha venido una señora a alojarse, con un hombre, tremendamente amables ambos y han pedido cenar algo”. Con las cocinas cerradas, el recepcionista, “en ese afán que tenemos siempre de agradar”, ha explicado el sumiller, fue a preguntar si los podían atender y dejó sola la recepción.
Ese es el momento que la pareja ha aprovechado para bajar a la bodega y acceder al santuario de Atrio. Sin forzar la cerradura, por lo que se entiende, han explicado los propietarios, que la abrieron mediante algún “sistema electrónico sofisticado”.
El Chateau d’Yquem de 1806 tiene un valor incalculable. “Yo no la vendería ni por un millón de euros”, ha dicho Polo en declaraciones a Efe. La investigación está en curso. No pueden dar detalles, pero sí expresar sus sentimientos, expresar una desolación infinita, dicen él sumiller y Pérez, porque les han robado parte de su historia.
Insinúan que ha sido un robo “por encargo”. Los ladrones sabían cuándo llegar, sabían dónde ir y sabían qué llevarse. A esto hay que sumar, dicen en Atrio, la ejecución del golpe “de una forma muy pulcra”.
Una botella imposible de sustituir
El hombre y la mujer fueron a buscar las botellas más caras de la bodega. De los Romanée Conti se producen apenas 3.500 botellas al año. “Es una tarea ardua conseguir tener esas botellas en nuestra bodega”, ha indicado Polo. Cada una de estas botellas tiene un precio de 12.000 euros, según la carta de vinos de Atrio. Uno de los caldos sustraídos, el Montrachet Grand Cru 1999 Magnum, sube su coste a 25.000 euros.
La carta de vinos de Atrio tiene 400 páginas en la que se detallan las 40.000 botellas que descansan en la mejor bodega de España y unas de las mejores del mundo. Entre ellas, el Chateau d’Yquem de 1806, con un precio de 150.000 euros… aunque nunca, dicen en Atrio, lo hubieran vendido. “Es parte de la historia de esta casa, de la historia de Cáceres; nosotros sólo éramos los depositarios”, han argumentado desde Atrio.
“Es un sentimiento de desolación. Yo ayer no pude entrar en la bodega. Cuando vi esos estantes vacíos; me vine abajo”, ha declarado José Polo, quien asegura que el hueco donde permanecía el Chateau d’Yquem de 1806 “va a seguir vacío, y contaremos la historia de lo que nos ha pasado” porque “este robo forma ya parte de la historia de Atrio”.
“Esa botella era parte de mi historia personal, casi parte de mí, de la historia de Atrio, pero también de Cáceres, de sus ciudadanos, de todos los amantes del mundo del vino; ella es la botella, imposible de sustituir por lo que de esfuerzo, sacrificio y amor a una profesión y al vino ha conllevado. 215 años de historia de España, de guerras, de tiempos de paz y de la construcción de una Europa unida”, han señalado los propietarios de Atrio en una carta enviada a los medios de comunicación.