(13 de julio del 2021. El Venezolano).- Trayvon Martin, un joven negro de 17 años, murió en 2012 a manos de George Zimmerman, un vigilante de raza blanca del vecindario, cuando regresaba caminando a la casa de la prometida de su padre en Sanford, Florida, tras parar en una tienda a comprar unos bocadillos. Zimmerman reconoció que le disparó a Martin alegando defensa propia.
No obstante que el joven afro americano se encontraba desarmado y no estaba cometiendo ningún delito el vigilante de raza blanca fue increíblemente absuelto tras un mediático juicio.
El movimiento, cuyo lema es «Las vidas de las personas negras importan», se fundó en respuesta a la absolución del asesino de Trayvon Martin.
Realmente aquí nadie podría acusar o simplemente no estar de acuerdo con este principio básico de vida, como es el expuesto por estas tres damas, todas muy controversiales e inmersas de siempre en movimientos de opinión.
Las organizaciones marxistas, normalmente disfrazadas de movimientos democráticos y luchadores por las reivindicaciones de los pueblos, utilizan estos movimientos, como el Black Lives Matter, con fines inconfesables.
En 2015, dos años escasos después del controversial proceso al asesino del joven Trayvon, la fundadora de Black Lives Matter, Opal Tometi, participó con el hoy solicitado por los tribunales de justicia de los Estados Unidos el dictador Nicolás Maduro, en la cumbre llamada ( por su nombre en inglés ) “People of African Descent Leadership” en Caracas y sin disimular su excitación, le rindió homenaje a “la lucha del presidente Maduro por reivindicar los derechos de su pueblo” sic.
Solo me permito en este momento recordarle a la señora Tometi que en Venezuela tenemos el 75 % de la población con graves deficiencias alimenticias y ese, al que ella llama “Presidente que lucha por su pueblo” lo utiliza como conejillas de indias para que sus mentores, el régimen cubano, pueda experimentar su proyecto de vacuna anti covid.
Entonces podremos pensar en dos alternativas para entender esta anómala situación en la cual movimientos políticos americanos defienden la práctica y conducta de regímenes como el que rige los destinos de Venezuela.
Primero, que la constitución y las leyes americanas defienden y protegen de forma inequívoca la libertad de pensamiento y de expresión.
Y cómo también es cierto que el discurso político y los objetivos de organizaciones marxistas, totalitarias y generalmente autócratas como las agrupadas en el Foro de Sao Paulo, están reñidas con los otros principios, igualmente básicos y contrarios a los antes señalados que sostienen la sociedad americana igualmente plasmados en la constitución del 1776.
Pareciera una contradicción entre los principios de la constitución y la práctica y los objetivos de movimientos extremistas, los cuales basan estos en un ataque frontal y diario a eso que peyorativamente califican de políticas imperiales de los Estados Unidos de América hacia los países de la América latina.
Podemos por lo tanto constatar que este movimiento inspirado en un hecho, seguramente no premeditado, como fue la muerte del joven Martin a manos de un blanco, poco inteligente, temeroso y sin contar con las condiciones mínimas para el correcto manejo de armas de fuego, se convierte en un afiliado a esa superestructura política regional conocida como el Foro de Sao Paulo.
Veamos ahora la acción política que desarrolla este movimiento en los Estados Unidos y como se define. Si, efectivamente se define como un colectivo a favor de las libertades y de la inclusión.
Black Lives Matter sostiene que lucha por los derechos de las personas de raza negra, trans, homosexuales, indocumentados, discapacitados, mujeres “y todas las vidas negras a lo largo del espectro de género”.
Sin duda, la organización en sí misma ha sido bastante radical desde el principio. La cofundadora de este movimiento, Patricia Cullors, se describió a sí misma y a su compañera Alicia Garza como marxistas entrenadas. Esta “confesión” fue hecha pública en un video del cual agrego el link : https://www.youtube.com/watch?v=1noLh25FbKI
No obstante mis profundas diferencias con un movimiento del cual dos de sus tres fundadoras se declaran marxistas muy bien entrenadas y aplauden y presentan a Maduro, un delincuente de siete suelas como un líder que lucha por su pueblo, puedo ignorar la opinión de estudiosos de la sociología quienes nos dicen lo siguiente: “ En intensidad y en alcance geográfico, es el movimiento de protesta más grande de la historia de Estados Unidos”, asegura Neal Caren, profesor de Sociología de la Universidad de Carolina del Norte, experto en movimientos sociales contemporáneos en el país norteamericano.
“Nunca antes ha habido tantas protestas, durante tanto tiempo y en tantas comunidades distintas”.
Es de notar que a partir del asesinato de Georges Floyd, el afro americano que murio asfixiado por el salvajismo del agente de policía de la ciudad de Minneapolis Dereck Chauvin el 25 de mayo del 2020 y quien ha sido sentenciado a 22 años y 6 meses de prision, este movimiento ha recibido en donaciones alrededor de 90 millones de dolares.
Desde la fecha en la cual murió en Minneapolis el afroamericano George Floyd, ha habido al menos 7.750 protestas asociadas con el movimiento Black Lives Matter en 2.000 localidades de los 50 Estados del país y en el distrito de Columbia, según un recuento de la Universidad de Princeton y Armed Conflict Location and Event Data Project (Acled), organización que investiga sobre protestas por todo el mundo. Es innegable la capacidad de convocatoria de este grupo de la izquierda americano.
Por mi condición de jurista rechazo que estas fallas, gravísimas fallas del sistema de represión del delito en la primera democracia del mundo, estos movimientos como el que nos ocupa en esta fresca tarde canaria, sea instrumentalizado por verdaderos criminales y asesinos como lo es, por ejemplo la banda de Miraflores y el resto de los socios agrupados en el Foro de Sao Paulo.
Realmente aplaudo y coincido con el principio de los “Black Lives Matter” que en castellano significa, “Las vidas negras importan”. Ciertamente y agregaria como informacion a la Tometi, la misma que le alza el abrazo a Maduro, que no solo son las vidas de los negros que nos importan, tambien la de los 350 presos politicos que tenemos en Venezuela y tambien los casi 40.000 asesinatos cada año que con impavida mirada sus amigos del Foro de Sao Paulo observan en cruel silencio.
Tambien señora Tometi importan los secuestros de Javier Tarazona y de Roland Carreño, la vida del capitan Acosta Arevalo y tambien Tometi la vida de Oscar Perez y tambien Tometi la de Pernalete y tambien Tometi son importantes los ojos para ver la vida de Rufo Chacon, si señora, usted que aplaude a Maduro, estos muertos presos o torturados, negros o blancos, mulatos o rubios tambien son Black Lives Matter.
Raúl Ochoa Cuenca en Anfi del Mar el 11 de junio del 2021.
Fuentes: elpais.es, www.breitbart.com, www.washingtonpost.com, www.libertaddigital.com. Archivo del autor