(17 de enero del 2021. El Venezolano).- Autoridades migratorias de Guatemala informaron la tarde del sábado que frenaron el avance de un nutrido grupo de cerca de 8,000 centroamericanos que en las últimas horas ingresaron al país como parte de una caravana que busca llegar a Estados Unidos, tras partir en la víspera de Honduras.
Luego de ingresar de manera forzosa por el punto fronterizo El Florido y llegar a Chiquimula, ya en territorio guatemalteco, los migrantes fueron detenidos en medio de forcejeos en un retén militar donde les fue requerida documentación y una prueba negativa a COVID-19, según Migración.
“Es imposible que puedan continuar su ruta (…) Las personas que se fueron y lograron pasar ya fueron detenidas allá adelante”, dijo el director del Instituto Guatemalteco de Migración, Guillermo Díaz, a cientos de migrantes agrupados a orillas de una carretera en Vado Hondo, también en Chiquimula».
Algunos regresan
“No van a poder pasar”, advirtió el sábado el director general de Migración guatemalteca, Guillermo Díaz, que lamentó que se expongan a niños y ancianos en la marcha y exhortó a los migrantes al retorno voluntario.
Según el último reporte de Migración, cerca de un millar de personas ya habían sido devueltas a la frontera, entre ellas 163 niños.
El gobierno de Guatemala recriminó a Honduras la “transgresión” de su soberanía nacional, y le pidió “contener la salida masiva de sus habitantes”.
En octubre, Guatemala devolvió una caravana con 4.000 personas bajo el argumento del riesgo de contagios de covid-19 y recordando que el país promueve una migración legal.
En esta ocasión, la mayoría partió la madrugada del viernes desde la estación de buses de San Pedro Sula, habitual lugar de salida de las caravanas de migrantes. Casi todos van a pie y algunos piden un “aventón”.
Si logra recorrer 450 km por Guatemala, el grueso de la caravana intentará luego entrar por el paso fronterizo de Tecún Umán (suroeste) a México, que ya blindó su frontera.
Más de una docena de caravanas, algunas con miles de migrantes, han salido de Honduras desde octubre de 2018 rumbo a Estados Unidos, pero la mayoría ha fracasado.
Las detonaciones ensordecedoras de los disparos de gas y el humo hicieron que miles retrocedieran en la carretera, mientras otros buscaban refugio en unas montañas. En su huida algunos dejaron caer sus pertenencias. Quienes insistieron en quebrar el cerco fueron aporreados.
Una funcionaria de Salud de la región, que no se identificó, detalló que hay varios lesionados por los golpes recibidos.
A diferencia del viernes, cuando la policía iba desarmada y no contuvo el ingreso de la caravana por el paso fronterizo de El Florido, en esta ocasión un grupo portaba armas de fuego.
Con información Infobae