(27 de agosto del 2020. El Venezolano).- Nada rara aunque sí patética la evolución de la humanidad y de Venezuela durante el lapso mayo/agosto del año en curso, ya que ante un mundo inmerso en una dinámica de revivencia a causa de la Covid-19 y la guerra comercial EEUU/China, era obvio el avance impasible de la pandemia del coronavirus, pues por cualquier razón, el común siempre debe ir de calle en busca de bienes y servicios y hasta en cuidado de sus deberes laborales, pese a la suspensión de éstos, pues hay actividades, tales como las de distribución de alimentos y bebidas que mal podrían detenerse, así como las de atención de servicios públicos básicos y lss emergencias médicas (clínicas, farmacias y otros). Pero, la traba del problema ha estado en la inobservancia de un solo mínimo de bioseguridad; nisiquiera el uso del tapaboca o mascarilla, aparte de la índole latina de compincharse tan solo por retar las disposiciones sociosanitarias pertinentes y hasta por desbloquearse de una sensación de claustrofobia debido al tedio que causa un encierro. Y, es así como al ofrecerse una flexibilización, han surgido desvaríos tras algunos logros durante el período cuarenteno, que, drásticos, relativamente, tales como la suspensión de vuelos y de navegación intercontinentes, han sido nulos para aspirar a un solo atisbo de avulsión del mal, cuya curva se irgue, inexorablemente, cada vez más y según criterio de epidemiólogos, como por ejemplo del doctor Julio Castro, no podría controlarse sino hasta mayo-junio 2021. Ínterin, la humanidad aguarda, ansiosamente, por el cese de los cercos a causa de dicho virus mediante su erradicación, que solo podría lograrse por concurso de todo habitante de región afectada, pues trátase de una acucia a redundar en pro del colectivo hemisférico a resarcirse de los efectos ruinosos del mal referido: contracción económica e inversiones ambiciosas para poder retornar a los niveles de la prepandemia, que, en el caso de la aviación comercial, según IATA, tomaría cerca de unos cuatro años e inversión de unos 376 millones de USD.
Por otra parte, según el Instituto Cordenadas, habrá que “reinventar” el mercado financiero. Asimismo, el morbo de la COVID-19 ha sido de una magnitud tal que hay muy pocas dudas de que a mediano plazo mutará al mundo socioeconómico/político, puesto que hay devaneo de economías hasta en un 25%, según FMI.
Para colmo, Desde inicios de este mes tenemos que nuestro continente es la región del mundo con más decesos por coronavirus.