(20 de julio del 2020. El Venezolano).- Desde niño él ha estado maravillado por la creación de Dios, especialmente por el reino animal. Soñaba con ser un veterinario para entender más ese universo salvaje. Vivía en su tierra de las copaibas; Cabimas, rodeado de perros, hicoteas, gatos, gansos, loros que comían hicacos. El animal que más admira, al que reverencia con un fervor casi de vasallo a su rey, es el caballo, el imponente equus. Lo deslumbra su galope, su pose y alzada, admira sus crines y tupé. Lo impresiona la nobleza con la que ha acompañado al hombre a través de los siglos, una soberbia bestia hacedora de la historia.
Ese joven enamorado de la fauna, cual devoto sanfranciscano, es el cantautor Neguito Borjas. Nació el 3 de febrero de 1956, día en el que se cumplían 161 años del natalicio de Antonio José de Sucre, el soldado predilecto de Bolívar. Fue el cuarto hijo de Abdénago Borjas, cabimero a quien sus compañeros de rondas llamaban “Tigre” y de la cantante Hilda Rosa Urdaneta, quien fue integrante del grupo “Estampas Líricas”. Su alumbramiento se produjo en el sector “Punta Icotea” (*) de Cabimas, asistió a su madre en el parto la comadrona Margarita Soto.
Su primera composición la realizó a los 15 años: “Reina y soberana”, gaita que grabó su hermano Oscar Borjas con el Gran Coquivacoa:
“Aquí estoy como otros días
Virgen del maracaibero
a rendirte pleitesías
como todo buen gaitero
a ti que eres reina y soberana
te lleva dentro el alma zuliana”
Su primer instrumento musical fue el cuatro, aprendió a tocarlo de forma autodidacta, imitando posiciones y acordes. Luego la guitarra, que ha sido su cómplice en centenas de composiciones gaiteras, salseras y románticas. De allí han salido temas que marcaron la tercera etapa evolutiva en Guaco, a partir de la ruptura de 1986. Éxitos que grabaron el Súper Combo Los Tropicales, Los Blanco, Tecupae y Bacanos.
El amor por la guitarra es un reflejo de los muchos años que Neguito escuchó el programa de Armando Molero, cada mediodía con devoción lo seguía desde las emisoras en amplitud modulada. Debido a su admiración por el bardo marabino, en 1988 compuso una gaita por la que obtuvo todos los premios de esa temporada “Gaita a Molero”:
“Molero nunca te olvido
vos sois un genio inmortal
quisiera oírte cantar
a tu Maracaibo florido”
Abdénago se fue permeando de la música que escuchaba en los campos petroleros, en los clubes de la Costa Oriental que presentaban pianistas y guitarristas de jazz, norteamericanos en su mayoría. En paralelo presenciaba los ensayos del Barrio Obrero de Cabimas, el patriarca de los conjuntos gaiteros, cuando él apenas entraba a la adolescencia. De allí sus influencias musicales.
En 1975 ingresó a su principal escuela, la agrupación Gran Coquivacoa, donde la figura principal era Nelson Martínez. Compartió escenarios con Morris Ocando, sus hermanos Oscar y Beto, el pianista Eladio Oduber, el guitarrista Carlos Vargas y Juan Carlos Arcaya.
En 1978 grabó con ellos “Sin rencor” con el respaldo del sello TH Records:
“Le doy gracias al señor
por haberte conocido
pues los años que vivimos
fueron de dicha y amor
pero una sombra cubrió
nuestro amor
y en un momento
este bello sentimiento
además de sufrimiento
desilusión me dejó”
Aunque el tema esa temporada pasó desapercibido, al año siguiente lo descubrió el locutor Víctor Prada Vallés y comenzó a radiarlo. Desde entonces es casi un himno. Según Gustavo Aguado, es la gaita más conocida en Venezuela y América, por ello suele cantarla en los conciertos de Guaco, como un reconocimiento a su pana “Nego”.
En 1986 comenzó una etapa creativa que lo catapultaría como la primera figura de gaita en Venezuela, Neguito tomó el comando en el Gran Coquivacoa junto a Jesús Petit “Bocachico”. Comenzó a grabar sus temas y ganar premios en todo el país con gaitas históricas: “Las Cabras” (1986), “Punta Icotea” (1987), “Gaita a Molero” (1988), “La alianza” (1989) y otras muy populares como “La onomatopéyica”, “Gaita es gaita” y “Algo sobrenatural” en 1993. Obtuvo el galardón “Gaita del Año” del Festival “Virgilio Carruyo” consecutivamente del 86 al 89.
Él le dio un nuevo rumbo a la gaita, comenzó a plasmar su gran talento para las melodías, su carismática forma de cantarla, pero además aplicó técnicas del mercadeo que aprendió en Oklahoma City, EE.UU., donde estudió por dos largos años como becario, culminando el grado en Gerencia de Mercadeo en 1979.
De esos años de pasantía por el oeste norteamericano surgió su gaita “Soy zuliano” que grabó junto a Ender Carruyo en 1980:
“Tengo la musa encendida
por hacer una gaitica
que hable cosas bonitas
que hable mucho del amor
que digas cosas hermosas
que hable de mi madrecita
que hable de las lindas cosas
que nos ha dado el Señor”
A lo largo de sus 38 años como gaitero, Neguito ha establecido alianzas con líderes de otros géneros, como lo hizo con el Binomio de Oro cuando grabaron “Déjame tranquilo” una cumbia-tamborera que sonó en todo el país en la voz del finado Rafael Orozco. La grabaron en el estudio Sonofuturo en 1992, poco antes de que el vallenatero fuera víctima del terrible atentado en su casa de Barranquilla, el 11 de junio de ese año, donde lo masacraron frente a su esposa e hija. Su cadáver no
También ha tenido alianzas con Gilberto Santa Rosa, Olga Tañón, Gran Combo de Puerto Rico, entre otros, que han propiciado que su obra y su talento sean conocidos allende frontera venezolana. Su tema “Sin rencor” tiene más de 30 versiones, en distintos ritmos, entre otros, del cuatrista puertorriqueño Yomo Toro y su orquesta de Nueva York. Eso convierte a Neguito Borjas en una de las plumas mejor recompensadas en SACVEN, la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, de donde recibe apreciables regalías anuales por sus composiciones.
En el año 2012 su tema “La cola” grabado junto a Oscar D´León y Mermelada Bunch estuvo en el primer lugar del ranking de la Cadena HTV, con difusión continental. Igual sucedió en Venezuela con el álbum de navidad grabado en colaboración con Huáscar Barradas “Hallacas con flauta” y su disco Gran Coquivacoa “Clásico I”, que circuló encartado con el diario Últimas Noticias, en el cual versionó 14 de sus éxitos con la agrupación que lleva el nombre de nuestro lago.
Gran Coquivacoa ft. Oscar D´León y Mermelada Bunch – “La Cola”
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Desde el año 1998, Abdénago de Jesús Borjas Urdaneta es miembro fundacional de Los Chiquiquireños, agrupación que nació para ofrendar con su canto a nuestra patrona La Chinita. La conforma la élite de los mejores músicos, compositores y cantantes del género, que año tras año plasman musicalmente su amor a la Virgen.
“Dime Chinita
si ella vuelve conmigo
o simplemente la olvido
la saco de mi corazón”
(Canta Gustavo Aguado, 2008)
Con ellos ha grabado desde su nacimiento como agrupación, cuando interpretó junto a Astolfo Romero el tema “Rompo a llorar” escrita a ocho manos. Le colocaron el título gracias a un préstamo poético a Simón García, por su tema “Mi nostalgia” (convierto en alas mis brazos y como un niño rompo a llorar).
“Rompo a llorar
al ver tu rostro moreno
y de un gran fervor me lleno
saladillero cabal,
me pongo sentimental
me provoca como antojo
lanzarle un verso a tus ojos
y salir a parrandear”
(Heriberto Molina, Astolfo Romero, Jairo Gil y Neguito Borjas)
Un creador de su tenor, no solo acude a la guitarra para plasmar su inspiración, su pulsión creativa también la ha canalizado a través de la radio, con programas al lado de Johandry Salas, Alfredo Arrieta y Carmen Elena Arrieta. Sabe comunicar alegría, humor con inteligencia y logra una favorable respuesta de las audiencias. Esa labor la alterna con su vocación de adiestrador de potros, es dueño de la caballeriza La Estrella, donde su equipo cría sementales y domeña caballos de paso, negocio que atiende con dedicación, con el mismo amor que desde niño sintió por los equinos. Hasta ahora ha logrado excelentes resultados, premios en ferias y cabalgatas, reconocimientos de criadores y ganaderos, dentro y fuera del país.
En muchas entrevistas él ha confesado que su familia es el fundamento más importante de su vida: Sus hijas Mónica y María Alejandra y sus hermanos María Eugenia, Beto y Oscar, los sobrinos que lo adoran, entre ellos Luis Fernando Borjas, figura icónica de Guaco en la actualidad.
El niño que se colaba en los ensayos del Barrio Obrero, el enamorado de los boleros y las guitarras, el muchacho que soñaba con ser el veterinario del zoológico más grande del mundo, hoy en día es una de las figuras más relevantes de la gaita y la música venezolana. Un creador que desde la tradición, mira el futuro.
Neguito, el cabimero dueño de una musicalidad tocante, se hizo trovador sin fronteras.