(15 de julio del 2020. El Venezolano).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este martes una ley para imponer sanciones a China en respuesta a la Ley de Seguridad Nacional aprobada por Pekín para Hong Kong y ha anunciado la firma de una orden ejecutiva para poner fin al trato preferencial del que goza el territorio.
En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Trump ha explicado que la ley, llamada Ley de Autonomía de Hong Kong, autoriza la imposición de sanciones a personas extranjeras, entidades e instituciones financieras que contribuyen «a las acciones de China para eliminar la autonomía de Hong Kong».
«La ley aborda el incumplimiento por parte de China de ciertas obligaciones de la Declaración Conjunta Sino-Británica«, ha agregado el mandatario, cuya Administración ha sido especialmente crítica con la legislación.
La nueva Ley de Seguridad Nacional implica que el Gobierno de Pekín ejercerá su jurisdicción sobre casos «complicados» de Hong Kong, como los relacionados con injerencias extranjeras, cuando las autoridades locales no puedan hacer cumplir la ley o cuando la seguridad nacional del territorio esté bajo amenazas «graves o realistas», según consta en el texto legal difundido en las últimas horas.
La norma enumera cuatro categorías de delitos: secesión, subversión, terrorismo y colusión con un país extranjero o elementos externos para poner en peligro la seguridad nacional. La pena máxima para cada delito es la cadena perpetua aunque la sentencia sugerida para algunos delitos menores es de tres años de prisión.
En cuanto a la orden ejecutiva que finaliza el trato preferencial de Hong Kong, Trump ha explicado que el territorio «ahora será tratado como la China continental». «Sin privilegios especiales, sin tratamiento económico especial y sin exportación de tecnologías sensibles», ha agregado, según ha informado la cadena de televisión CNN.
«Ninguna Administración ha sido más dura con China que esta», ha insistido Trump, al tiempo que ha asegurado que Estados Unidos considera a Pekín «completamente responsable de ocultar el virus y propagarlo por el mundo». También ha reiterado que «no tiene planes» para hablar con el presidente de China, Xi Jinping, próximamente, según informaciones de la CBS.
Asimismo, ha arremetido contra el exvicepresidente estadounidense Joe Biden, futuro candidato demócrata a la Casa Blanca. «Toda la carrera de Biden ha sido un regalo para el Partido Comunista Chino», ha deslizado.
CHINA RESPONDERÁ CON SANCIONES
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de China responderá con la imposición de sanciones contra Estados Unidos. En concreto, según un comunicado, las sanciones se adoptarán contra los individuos y las entidades estadounidenses que estén relacionadas con la ley firmada por Trump este martes.
A juicio del Ministerio de Exteriores chino, la ley «calumnia maliciosamente» la legislación impuesta por Pekín para Hong Kong. Además, «viola seriamente el Derecho Internacional y las normas básicas de gobernanza en las relaciones internacionales e interfiere severamente en los asuntos internos entre China y Hong Kong».
«El Gobierno chino se opone firmemente a ella y la condena enérgicamente», ha añadido el comunicado, recogido por el diario ‘Global Times’.
«El intento de Estados Unidos de obstruir la implementación de la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong nunca tendrá éxito», ha zanjado el Ministerio de Exteriores, al tiempo que ha urgido al país norteamericano a «corregir sus errores, abstenerse de aplicar la ley y dejar de interferir en los asuntos internos de China». «China responderá con firmeza si Estados Unidos sigue adelante», ha avisado.
La tensión entre Estados Unidos y China está en aumento. La guerra comercial entre ambas potencias no es ningún secreto y Trump se refiere continuamente al nuevo coronavirus como el «virus chino». Además, ambos países han mantenido un intercambio de ataques a cuenta del mar de China Meridional, ya que Washington ha señalado que los reclamos de Pekín sobre sus recursos marítimos «son absolutamente ilegítimos», una postura que China ha calificado de «injustificada».