(27 de abril del 2020. El Venezolano).- En el mundo y/o mercado petrolero, tan complejo y dinámico, muy sensible ante el libre juego 0ferta/demanda, del que podíamos esperar cualquier condición, pero nunca la de un valor de cero o negativo, a causa del colapso de toda actividad económica, por la pandemia de COVID-19, LA GUERRA DE PRECIOS Arabia/Rusia, además del poco espacio para depósito, han afluido en una etapa sin precedentes.
La capacidad de provisiones de petróleo está muy cerca de su tope y podría sobrepasarse, más aún, de persistir la situación actual, donde inciden varios factores: la crisis mundial por la pandemia de coronavirus, que detuvo diversas actividades económicas; la culminación el 31/3 de un acuerdo por tres años sobre cuotas de producción por los países productores miembros y no miembros OPEP, de entre los que destaca EEUU, importador puntual del hidrocarburo. Por tanto, un “precio negativo”significa que quien produzca o tenga un bien, paga por deshacerse del mismo; es un concepto que se asocia, usualmente, a la disposición y guarda de desechos nucleares o de basura”.
Se añade la agravante de que Arabia y otros productores tienden a compensar la caída de los precios mediante aumentos de la producción y exportación que agudiza, más aún, el problema.
Así, con toda actividad económica detenida, virtualmente, y los precios tan bajos, las refinerías pierden dinero y con menos lugar para almacenar su producción, y cuando éstas cierran, los productores no tienen adonde dirigir sus bienes ya que conforman parte de la misma cadena logística.
En efecto, si tienen mucho petróleo, entonces tendrán que pagar a alguien para que cargue con su producción hasta que logren cerrar sus pozos, lo que genera una sobreoferta con caída abrupta de precios a extremos inauditos, tal y como acabamos de presenciar el desplome histórico de un 305 %. Y, por vez primera, en valores negativos.