(3 de abril del 2020. El Venezolano).- Estados Unidos parece decidido a desviar la matriz informativa concentrada en el coronavirus y en el polémico manejo que le ha dado a la pandemia el presidente Donald Trump hacia temas de política internacional, como la transición democrática en Venezuela o las disputas del país con las milicias aliadas de Irán en Irak
Así parece indicarlo el hecho de que en muy corto tiempo haya imputado cargos por “narcoterrorismo” al gobernante venezolano, incluida una recompensa de 15 millones de dólares por su cabeza, y luego haya presentado un plan de transición para el país que incluye un levantamiento de sanciones individuales y colectivas a cambio de que Maduro y su círculo más cercano permitan la posibilidad de la instalación de un Consejo de Estado, órgano de poder ejecutivo transitorio que funcionaría hasta que sean convocadas y realizadas elecciones presidenciales y parlamentarias.
A lo que se sumó el anuncio de que el Comando Sur duplicaba su fuerza en el Caribe para luchar contra el narcotráfico con el envío de barcos y aviones, lo que despierta temores en Caracas de una intervención militar que desde el régimen se viene denunciando como parte de su propaganda política.
Pero como si todo esto fuera poco, el miércoles atizó la hoguera iraní al acusar al régimen de los ayatolás de estar planeando, junto con sus aliados, “un ataque furtivo” contra las tropas estadounidenses en Irak. “Si esto sucede, ¡Irán pagará un precio muy alto!”, amenazó Trump en Twitter.
El trino del presidente llegó horas después de que el Ministerio de Exteriores de Irán alertó que “los recientes movimientos militares estadounidenses en Irak podrían aumentar las tensiones regionales”.
Despliegue de Patriots
La Administración estadounidense ha desplegado recientemente en Irak misiles de defensa aérea Patriot después de una serie de ataques con cohetes contra bases e instalaciones utilizadas por personal estadounidense en el país árabe.
Estos ataques se han incrementado en los últimos meses y son perpetrados, según Washington, por milicias chiíes iraquíes como Kata’ib Hizbulá, respaldadas por el régimen iraní y su Guardia Revolucionaria.
Esta escalada de la tensión recuerda a la ocurrida a fines del 2019 y que derivó en enero en el asesinato del poderoso general de la Guardia Revolucionaria iraní Qasem Soleimaní.
Consultado sobre el momento escogido para el anuncio de la iniciativa venezolana, el enviado de EE. UU. al país suramericano, Elliot Abrams, aseguró que el coronavirus no ha tenido nada que ver con el anuncio sobre Venezuela, donde el sistema sanitario ya está en crisis y miles de hogares no pueden acceder a agua potable.“Llevamos meses trabajando en esto”, dijo a la prensa.
Sin embargo, la realidad es que el anuncio se produce en un momento en el que Maduro está más débil por el coronavirus y por la bajada de los precios mundiales del petróleo, lo que menguará aún más sus ingresos. “El coronavirus y el petróleo van a poner sobre Maduro más presión que las sanciones de EE. UU.”, valoró una fuente diplomática en Washington.
Pero otros analistas calibran que el impacto del coronavirus en la economía estadounidense y en su forma de vida, y más cuando se empiecen a contar los muertos por miles, difícilmente podrá ser ocultado por los tambores de guerra que ponga a sonar Trump en el Caribe o en Oriente Próximo.
La recesión que se proyecta, la brutal pérdida de empleos, que se ubicaba en 10 millones en las últimas dos semanas, y los muy probables cuestionamientos que vendrán por haber en principio minimizado la amenaza de la pandemia, sin duda le pasarán factura a la administración Trump de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Con información AFP y EFE