(26 de diciembre 2019. El Venezolano).- Marisela Árraga nació en la ciudad de Maracaibo, el 26 de septiembre de 1963, convirtiéndose en la primogénita de la señora Blanca Margarita Barrios y del profesor Rufo Árraga. Fue una niña hermosa e inteligente, tímida y deferente, de piel blanca y cabello caoba, con inmensos ojos verdes. Su familia la conformaron cuatro hijos, sus hermanos son Rufo, Mariana de Jesús y Mary Isabel. Estudió la primaria en el colegio San Francisco de Asís, dirigido por monjas rigurosas con la disciplina y el rendimiento académico, las hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús. Marisela Virginia de la Trinidad fue una alumna destacada, con la máxima puntuación en cada asignatura, siempre presente en los cuadros de honor. La secundaria la cursó en el Colegio Gonzaga, donde su padre fue profesor de la cátedra de castellano por 37 años. Antes de eso, Rufo había estudiado interno con los jesuitas en el colegio San José de Mérida, donde jugó fútbol en primera división.
Yo tuve la inmensa fortuna de conocer a Marisela en las aulas del Gonzaga, colegio en el que estudié desde 1975, y que estaba ubicado, en su tercera dirección, en Los Postes Negros, cerca de mi casa. En esa institución dirigida por los padres jesuitas, ella y yo participamos en el club de excursionistas, en el Grupo Compa, donde tocábamos trova y cantábamos en las misas, incluso en las de Gallo. Eran integrantes de ese grupo musical Leandro Lenin mi hermano, y Damaris Rodríguez, quien después fuera su esposa, entre otros compañeros de clases. Fueron años intensos, de aprendizaje, con múltiples actos culturales, deportes y una importante militancia cristiana, que la inspiraba el cura-cantor Miguel Matos sj, el filósofo Antonio Pérez-Esclarín y el profesor Javier Duplá sj, a la luz teológica de la opción por los pobres.
Marisela y yo nos hicimos novios durante un viaje a la península de Paraguaná, la declaración de amor fue en la iglesia de Santa Ana, allí comenzó nuestro largo amorío, corría el año 1979. Tres años después nos casamos en el colegio Gonzaga, en su salón central, en una mañana de septiembre de 1982. La boda la ofició el entonces rector del colegio Javier Duplá sj, quien además bautizó a nuestros tres hijos y bendijo nuestra casa en la zona norte de la ciudad: Casa Lin.
Llegaron nuestros retoños: Nairuma Virginia el 7 de marzo de 1983, León Magno Jacob el 8 de diciembre de 1986 y Neimarú Alejandra el 10 de diciembre de 1991. Esos hermosos hijos ya culminaron sus carreras universitarias, se casaron y en la actualidad son exitosos profesionales en ejercicio. Nos han dado seis nietos hasta ahora: Virginia Elizabeth, Carlo Magno, Paola, Marco. (Ellos cuatro viven en México, son los hijos de Carlos Torres y Nairuma Virginia). Alejandro Mathías vive en Argentina, es hijo de Neimarú Alejandra y Gabriel Urrutia, ella es periodista bilingüe, él, escritor y poeta. Xavier Jacob es canadiense, vive en Montreal, es hijo de León Magno Jacob e Iliana Morales. Esas distancias no apagan el amor que sentimos por ellos, son el centro de nuestro universo afectivo, a pesar de vivir en regiones antípodas.
En los años 90 culminamos nuestros pregrados en la Universidad del Zulia, Marisela en Orientación y yo en Comunicación Social. Comenzamos los postgrados, ella logró el Doctorado en Ciencias Políticas en LUZ, yo la maestría en TIC en la UNICA. En mi acto de grado, en el Centro de Arte Lía Bermúdez, el Rector Ángel Lombardi le concedió la venia a mi esposa, le entregó el título y le dijo ante el auditorio: “Entréguele este título a ese hombre, porque él ha luchado mucho por nuestra cultura”. Fue ella quien me otorgó el pergamino de Magíster en Tecnologías de la Información y Comunicación, con un beso que el auditorio aplaudió.
Entre estudios y advenimientos, compartimos nuestros gustos similares por los libros, el cine, la gaita (Marisela aprendió a querer la gaita a través de su prima Raiza Portillo Árraga, la cantora carismática del conjunto Santanita); el gusto por la mesa familiar y la buena tertulia con los amigos, las caminatas matutinas en La Vereda del Lago. Compartimos el amor a Dios, a nuestra nación, a nuestra familia. Coincidimos en la pasión por la poesía, en concordancia con el poeta Derek Walcott: “El destino de la poesía es enamorarse del mundo”. Y así hemos permanecido enamorados, acompañándonos.
Nuestra casa siempre fue el epicentro de reunión de toda la familia, primero en la urbanización Las Lomas, en la calle 80-B. Luego en Fuerzas Armadas, en Villa Estrella Norte. Allí realizamos todas las fiestas familiares, compartíamos sabrosas comidas, celebramos los aniversarios y cumpleaños. Marisela es la lideresa de su familia, los Árraga Barrios, es la jefa organizadora, la que manda. Además, es una exquisita cocinera, arte que aprendió de su madre Blanca Margarita. De su padre aprendió la disciplina, el amor a la lectura, el respeto por los demás, la buena administración y la mesura.
Llegaron los momentos aciagos, primero la muerte de mi padre Luis Nemesio, a los 77 años de edad en 2005, quien había sido un hombre fuerte y sano, de raza wayuu; una mañana se desplomó y murió, fue gladiador toda su vida. Luego su padre Rufo perdió la batalla con una enfermedad pulmonar crónica. Por unos días, Marisela se derrumbó, la ahogaba el dolor y el llanto. En 2007 murió repentinamente mi hermano Leandro Lenin víctima de un infarto, quien era compadre de Marisela y era mi mejor amigo. Solo tenía 43 años de edad, fue un golpe terrible para todos. Ha sido el momento más doloroso y triste que he enfrentado en mi vida. Simultáneamente, el país vivió la crisis del paro petrolero, comenzó la brutal polarización, las guarimbas. Sin embargo, salimos adelante en medio del malestar y de las pérdidas, nos mantuvimos unidos y con la esperanza viva, fortalecidos como pareja.
A Marisela Árraga he dedicado todos mis logros profesionales, los más importantes han sido para ella, en su honor:
- Los tres álbumes grabados con mi agrupación Sabor Gaitero.
- Mi libro “La gaita en crónicas” publicado por LUZ en 2015.
- Mi emisora SUITE 89.1FM inaugurada en 2012, con música hispana actual.
- El Premio Nacional de Periodismo que recibí en 2004 por la creación y las crónicas del portal web www.saborgaitero.com en el palacio de Miraflores.
- Mis programas de radio y televisión. Las animaciones que he realizado en Venezuela y otros países.
A Marisela le han publicado cinco libros sobre temas de psicología y la conducta humana, todos con el sello editorial de la Universidad del Zulia. Entre ellos, El Diccionario de Orientación (2010), al cual tuve el honor de hacerle el epílogo. En ese texto comparte la autoría con las profesoras Marhilde Sánchez, Jeanette Márquez y Judith Díaz, quienes son sus amigas entrañables. Tiene muchos artículos arbitrados en revistas académicas. Muchas veces ha sido madrina de promociones de orientadores, alumnos que le han demostrado gran cariño y respeto. Durante 25 años ejerció como profesora universitaria con entrega en la Facultad de Humanidades de LUZ, con clara vocación, con verdadera pasión de educadora, modélica. Ha recibido la orden Jesús Enrique Lossada por sus logros universitarios. Uno de sus libros fue traducido al alemán, publicado en versión digital, integrando por años el Departamento de Psicología de LUZ.
Actualmente estamos en una etapa de recolección de frutos, disfrutando nuestros nietos, de los amigos jubilados, viendo los logros profesionales de los hijos, apoyando a la familia que es parte de la diáspora venezolana por el mundo. Vivimos una etapa de madurez temprana, orgullosos de nuestra familia. Marisela sigue activa en el trabajo comunitario, apoyando a mujeres inmigrantes en Canadá y escribiendo artículos científicos. Yo sigo con mi mayor pasión, la comunicación: radio, televisión y con mis crónicas en diarios digitales, y viajando para estar a su lado, con mi familia.
Después de tanto andar y de casi cuatro décadas de matrimonio amoroso, de tantos viajes juntos, con momentos de unión y alegrías, con etapas de crisis y asperezas, yo concluyo: Marisela Árraga es la mujer más admirable que he conocido, la que he amado y que seguiré amando, sin importar el tiempo ni las distancias. Marisela es mi mujer ideal. Y estoy seguro que en otra vida, esta historia continuará.
Por León Magno Montiel / @leonmagnom / leonmagnom@gmail.com