(08 de mayo del 2025. El Venezolano).- Ya se cumplen cuatro meses de la injusta detención del ingeniero *Enrique Márquez, profesor universitario y excandidato presidencial del Partido Centrados en la Gente*, alzamos la voz con profunda preocupación, pero también con la firmeza que exige la defensa de los principios democráticos. Este hecho no solo marca un agravio contra un líder comprometido con la Constitución, la institucionalidad, el diálogo y la paz, sino que simboliza el colapso de las garantías constitucionales que deben proteger a todo ciudadano.
Enrique Márquez ha dedicado su carrera política a defender la Constitución, el diálogo, la paz y la ruta democrática como únicos caminos legítimos para resolver las diferencias en Venezuela. Su detención arbitraria, sumada a la proscripción de su partido y al cierre de las vías de participación electoral de su organización el 25 de mayo; no solo viola sus derechos fundamentales, sino que niega a millones de venezolanos la posibilidad de elegir libremente a sus representantes u organizaciones políticas de su preferencia. Es un acto que fractura aún más el ya debilitado tejido institucional y democrático del país.
Venezuela requiere, hoy más que nunca, reconstruir sus instituciones. Estas no son simples estructuras jurídicas, sino el pacto de convivencia que nos permite reconocernos como iguales, a pesar de las diferencias. La Constitución de 1999, aún vigente en su esencia, fue el acuerdo soberano que nos dimos los venezolanos para garantizar la paz y la justicia. Su desconocimiento selectivo, su manipulación para silenciar voces o excluir actores políticos, solo profundiza la crisis y alimenta la desesperanza.
La liberación de *Enrique Márquez* y el cese de la persecución política contra su partido es parte de la ruta que contribuirá a reconocernos a pesar de las diferencias. Es fundamental, igualmente, que se abran las compuertas de la participación plural para que todos los sectores, sin exclusiones ni temores, puedan aportar a la reconstrucción nacional. No habrá estabilidad duradera mientras se mantenga una doble vara: una para quienes están dentro del país y otra para quienes están fuera, una para los afines y otra para los críticos. Los derechos deben ser garantizados por igual, sin distinciones.
Creemos en la resolución soberana y pacífica de nuestras diferencias. Defenderemos siempre los derechos de todos los venezolanos, dentro y fuera de nuestras fronteras, porque solo en la igualdad ante la ley reside la verdadera garantía de paz. La democracia no se construye con exclusiones, sino con inclusión; no con silencio, sino con diálogo; no con represión, sino con justicia.
Hacemos un llamado a las organizaciones defensoras de derechos humanos y a la conciencia de todos los venezolanos a mantenerse vigilantes. Todos los ciudadanos deben tener acceso a los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y garantizados en nuestra Constitución, como son la presunción de inocencia, debido proceso, derecho a la legítima defensa, garantía de la vida, acceso permanente de sus familiares a la visita regular. *La lucha por la libertad de Enrique Márquez y todos los presos políticos es la lucha por el futuro de Venezuela: un futuro donde el respeto a la Constitución y la institucionalidad sean los pilares que nos permitan avanzar, unidos en medio de la diversidad.