(28 de noviembre del 2024. El Venezolano).- Dentro de apenas unos tres días iniciaremos el tiempo de Adviento, camino al encuentro de Cristo que viene. En la vida todo pasa. Pero, solo Cristo permanece. Alegremente, si vivimos estos días en nombre de la vigilancia y de la oración con el corazón lleno de esperanza, abierto a nuestros hermanos. Por tanto, la liturgia nos impone un texto de la escatología cristiana del evangelista Lucas. Es un día cuando se anuncia el fin del cumplimiento; durante este inicio es muy importante tener en cuenta el final, para poder ver o saber dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos, si consideramos que nuestra existencia tiende al final; no al fin. Jesús debe ser nuestro fin; vamos hacia Él, a quien veremos resurgir desde el firmamento, con poder y gloria inmensos. Pues, el reino de Dios está entre nosotros y podríamos materializarlo mediante una convivencia efectiva e inclusiva. Y, así podría lograrse un avenimiento propio, por antonomasia, de nuestra cultura.
Por Isaías A. Márquez Díaz
Y, es una exhortación maravillosa que Lucas nos ofrece: despiertos y en oración, capaces de percibir la novedad que el Señor realiza. Sobre todo para tener la fuerza de escapar de todo eso que, sin duda alguna, está por suceder. Las perspectivas ni los atisbos son buenos. Pero, podríamos tener la fuerza como para enfrentar eso que está por suceder y para escapar del pecado. El Señor se ha comprometido, nos hizo una promesa y la mantiene.
El Adviento es el tiempo cuando esperamos la venida del Señor; no recordemos lo que ya pasó, sino que el Señor o Mesías venga a nuestras vidas. Deberíamos estar felices por este comienzo de año nuevo en Cristo, la verdadera misericordia de Dios. Nos alcance y transforme verdaderamente. Que así sea, amén.
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