(22 de octubre del 2024. El Venezolano).- El grupo de trabajo del Congreso de EE.UU. que investiga el intento de asesinato a Donald Trump del 13 de julio en Butler (Pensilvania) publicó un informe en el que sostiene haber encontrado «las sorprendentes fallas de seguridad» que tuvieron lugar ese día en el mitin de campaña del candidato republicano.
Con base en la información provista por una variedad de fuentes —testigos, informes del Servicio Secreto de EE.UU. y del FBI, así como entrevistas voluntarias con funcionarios encargados de hacer cumplir las leyes estatales y locales— los investigadores llegaron a la conclusión de que «claramente» hubo «una falta de planificación y coordinación entre el Servicio Secreto y sus socios de aplicación de la ley antes de la manifestación».
«En pocas palabras, la evidencia obtenida por el grupo de trabajo hasta la fecha muestra que los trágicos e impactantes eventos del 13 de julio se podrían haber evitado y no deberían haber sucedido», reza el documento.
Ocho hallazgos
Así, el Servicio Secreto no celebró una reunión conjunta con las agencias estatales y locales de aplicación de la ley que debían asistirlo el día del atentado. Tampoco les dio una orientación clara sobre la gestión de las áreas fuera del perímetro seguro del mitin.
Además, el Servicio Secreto colocó fuera del perímetro seguro del evento la propiedad y el complejo de edificios adyacentes del American Glass Research (AGR) —utilizados por el tirador Thomas Matthew Crooks— «a pesar de su proximidad a una carretera principal, líneas de visión claras hacia el escenario y posición elevada», «lo que significa que la multitud que se reunió allí no fue protegida por el Servicio Secreto u otras fuerzas del orden».
Los investigadores indicaron que «las consecuencias de esa decisión» —una persona abatida y tres heridas, incluido Trump— «se vieron agravadas por el hecho de que las fuerzas del orden estatales y locales desplegadas cerca del complejo no tenían una cobertura visual completa del área«. «Si bien había un equipo de francotiradores locales dentro del complejo AGR, entendieron que su tarea era supervisar el lugar del mitin, no asegurar el techo y la propiedad de AGR, […] tenían un campo de visión estrecho y no estaban posicionados para monitorear las áreas donde se vio al tirador», detalla el informe.
Además, no había un puesto de mando unificado para facilitar
las comunicaciones entre el Servicio Secreto y sus socios estatales
y locales.
En este sentido, el grupo de trabajo resume: «De hecho, los agentes de la ley federales, estatales y locales podrían haber atacado a Thomas Matthew Crooks en varios momentos cruciales», no obstante «las líneas de comunicación fragmentadas permitieron a Crooks evadir a la Policía», a pesar de que a lo largo de la tarde su comportamiento «se hacía cada vez más sospechoso», hasta que finalmente subió al techo del complejo AGR y disparó ocho tiros.
Crooks fue neutralizado por un francotirador del Servicio Secreto, aunque uno de los agentes las fuerzas del orden locales testimonió que le había disparado antes de que lo hiciera el francotirador. «Si bien el orden exacto de los disparos sigue sin estar claro, el testimonio de las fuerzas del orden locales afirma que dispararon en dirección a Crooks, lo que puede haber causado que Crooks dejara de disparar», dice el reporte, al precisar que la autopsia muestra que Crooks murió a causa de una sola lesión de bala en la cabeza y «no hay evidencia de una herida de entrada de una segunda bala».
Asimismo, se indica que Crooks no utilizó la escalera que había comprado el mismo día del atentado para subir al tejado del complejo AGR, porque la abandonó en una zona boscosa en Bethel Park (Pensilvania) antes de ir al lugar del mitin. «La escalera que se ve en las fotografías ampliamente difundidas del complejo AGR fue colocada por las fuerzas del orden locales para acceder al techo después del intento de asesinato», señala el documento.