(15 de octubre del 2024. El Venezolano).- El Gobierno de Venezuela alertó este martes que EE.UU. pretende reeditar «el frustrado plan Guaidó», en respuesta a las recientes declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien desconoció los resultados electorales que le dieron la victoria al presidente Nicolás Maduro.
En un comunicado, la Cancillería de Venezuela rechazó «de manera contundente» las palabras de Blinken, a quien calificó de «charlatán al servicio de infames lobistas». La polémica surgió a raíz de un video en el que el secretario de Estado de EE.UU. negó el resultado de las elecciones y aseguró que Maduro está «haciendo todo para fortalecer su propio control de poder».
Blinken, al igual que su predecesor, Mike Pompeo, tachó de «falsos» los resultados de las presidenciales donde resultó ganador Maduro, y alentó el desconocimiento de las instituciones venezolanas, a través del apoyo a figuras de las extrema derecha venezolana como María Corina Machado, el excandidato presidencial Edmundo González y el exdiputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó «presidente encargado» en 2019.
«Una monótona narrativa»
Para el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, Blinken se encuentra «estancado en una falsa y monótona narrativa en contra de la voluntad del pueblo venezolano», al tiempo en que «insiste en su complicidad con los violentos extremistas de ultraderecha».
Según la visión del funcionario estadounidense, la exdiputada opositora Machado fue excluida «arbitrariamente» de la justa electoral del pasado 28 de julio, sin aludir el hecho de que fue inhabilitada para ejercer cargos públicos por la Contraloría venezolana.
Del mismo modo, el vocero de la Casa Blanca asevera que el excandidato Edmundo González, quien huyó a España y reconoció la victoria de Maduro, fue el ganador de los comicios, sin que haya pruebas de ello ante los organismos electorales.
En el escrito emitido por la Cancillería también se afirma que la victoria de Maduro fue «un ejemplar repudio a las agresiones que, desde el Gobierno estadounidense, se vienen aplicando desde hace más de 10 años en contra de Venezuela y que ahora pretenden continuar reeditando el frustrado plan Guaidó», con referencia al reconocimiento de figuras escogidas por el sector más extremista de la oposición para fungir como «presidentes», sin que esto tenga carácter constitucional alguno.
Caracas considera que Washington mantiene una «obsesiva política de la Doctrina Monroe» y una «conducta neocolonial e imperial», que representan «las bases del apoyo a grupos fascistas en las constantes agresiones contra la institucionalidad venezolana, incluyendo la manipulación mediática y de redes sociales, el uso de mercenarios y las tentativas de magnicidios y de desestabilización».