(11 de septiembre del 2024. El Venezolano).- Dos hombres enfrentan ahora a la posibilidad de la pena de muerte después de que la policía de Miami-Dade los arrestara en relación con un secuestro y asesinato en 2023 de un hombre de Doral, cuyo apartamento fue saqueado por invasores armados que afirmaron ser miembros de una violenta pandilla callejera venezolana, de acuerdo con el reporte de arresto.
Julio César Hernández-Montero, de 27 años, y Yurwin Salazar-Maita, de 23, estuvieron uno al lado del otro en la corte el martes cuando los fiscales estatales anunciaron que fueron acusados de cargos de asesinato en primer grado por la muerte de José Luis Sánchez-Valera, de 43 años.
Además de los cargos de asesinato en primer grado, la fiscal estatal adjunta Gabriela Alfaro le dijo a la jueza Laura Cruz que el estado procesará a los coacusados por robo con allanamiento de morada o invasión de propiedad, robo de auto, secuestro y robo.
Los fiscales del estado también presentaron su intención de buscar la pena capital si los acusados son hallados culpables.
Según la orden de arresto, Sánchez-Valera había ido a un hotel en Miami para encontrarse con una mujer la noche del 27 de noviembre.
El video de vigilancia del hotel lo mostró saliendo y subiendo a su Toyota 4Runner mientras tres sospechosos con ropa oscura salían de un sedán plateado y lo sacaban físicamente del asiento del conductor, según el reporte de arresto.
Sánchez-Valera fue colocado a la fuerza en el asiento trasero de su camioneta mientras los sospechosos huían, de acuerdo con el reporte.
Horas más tarde, se reportó un robo con invasión de propiedad en el apartamento de Sánchez-Valera en la cuadra 6400 de NW 102 Path en Doral.
Según la orden judicial, dos hombres armados entraron al apartamento de Sánchez-Valera y exigieron joyas al compañero de cuarto de Valera. También se llevaron una caja fuerte de la habitación de Sánchez-Valera y huyeron en el sedán plateado, señala el reporte de arresto.
Después del robo con invasión de propiedad, el compañero de cuarto se puso en contacto con el hijo de Sánchez-Valera, quien pudo rastrear la ubicación de Sánchez-Valera con una aplicación de teléfono.
La camioneta ensangrentada de Sánchez-Valera fue descubierta en la calle 28 del noroeste y la avenida 37 con su cuerpo en el asiento trasero. Tenía las manos y los pies atados, según la orden de arresto, reseñó Telemundo 51
Un médico forense determinó más tarde que Sánchez-Valera había muerto asfixiado y dictaminó que la muerte fue un homicidio, de acuerdo con el reporte.
El compañero de cuarto identificó a la mujer con la que Sánchez-Valera había ido a reunirse en el hotel, y pudo identificar a uno de los sospechosos del allanamiento de morada como un conocido de Venezuela, su país de origen, según el reporte de arresto.
De acuerdo al reporte de arresto, el compañero de cuarto también dijo que durante el allanamiento de morada, uno de los sospechosos le dijo que eran del «Tren De Aragua», una violenta pandilla callejera venezolana que actualmente opera en Estados Unidos, según el FBI.
Hernández-Montero fue identificado como un conocido de Sánchez-Valera y su compañero de cuarto, y el compañero de cuarto lo identificó como uno de los sospechosos en el allanamiento de morada, según la orden judicial.
El teléfono de Hernández-Montero estaba en el área del hotel donde Sánchez-Valera fue llevado y había reservado y estaba usando dos habitaciones en el hotel, de acuerdo con el reporte de arresto.
También fue visto en un video saliendo del hotel y su ropa coincidía con la de uno de los sospechosos en el robo con allanamiento de morada, según el reporte.
Los investigadores pudieron identificar a Salazar-Maita como sospechoso de los crímenes después de que una huella dactilar de la 4Runner coincidiera con la suya, y los datos del teléfono celular mostraron que había estado en el hotel, dijeron las autoridades.
Los coacusados se encuentran actualmente en la cárcel sin derecho a fianza.
Si son declarados culpables de asesinato en primer grado, César Hernández-Montero y Salazar-Maita podrían ser condenados a muerte.