(25 de julio del 2024. El Venezolano).- Hace unos meses, si se le preguntara a Mercedes López de González si su esposo, Edmundo González, sería el candidato presidencial de la oposición para enfrentar a Nicolás Maduro y a su maquinaria chavista, su respuesta habría sido un rotundo «no». No obstante, ha decidido anteponer el futuro del país, ofreciendo hasta su hogar como centro de campaña, donde políticos, amigos y periodistas se reúnen a diario con el candidato o con ella misma.
En una entrevista exclusiva con El Tiempo, realizada en la sala de su casa en Caracas, convertida en el núcleo de la campaña electoral, López de González compartió sus pensamientos sobre su papel potencial como primera dama, en contraste con el título de primera combatiente, que utiliza Cilia Flores, esposa de Maduro.
“De ganar mi esposo y la oposición en las elecciones del 28 de julio, quiero asumir el rol de primera dama, no el de primera combatiente”, declaró Mercedes López. Esta afirmación subraya su deseo de distanciarse de las connotaciones políticas que asocia el título usado por Flores.
López de González, quien se identificó como venezolana de Caracas con una madre española y un padre oriental, relató cómo conoció a Edmundo González mientras estudiaba odontología en la Universidad Central de Venezuela. “Me gustó lo que él estudiaba, me gustó todo. Le dije que, aunque mi carrera no la podría llevar conmigo, estaba dispuesta a acompañarlo si él trabajaba en el servicio exterior,” recordó. Posteriormente, se unió a él en su primera misión diplomática en la Embajada de Venezuela en Bélgica, y juntos comenzaron su vida como diplomáticos.
Reflexionando sobre la Venezuela de entonces, López de González la describió como un país lleno de libertad y democracia. “Era una Venezuela maravillosa donde se respetaba la democracia, y donde la gente podía salir a la calle libremente,” comentó, añadiendo que anhela recuperar esa libertad para los jóvenes y los niños.
“Quiero una mejor alimentación para los niños y apoyar a las madres solteras. También deseo que los jóvenes tengan mejores oportunidades educativas y laborales,” subrayó, indicando su enfoque en las necesidades de la población más vulnerable.
Sobre las luchas estudiantiles y políticas de su época universitaria, López de González observó un cambio drástico. “En el pasado, la política era más humanizada, había respeto. Ahora, lo que vemos son insultos y agresiones,” explicó. En cuanto a su experiencia en el servicio exterior, destacó el aprendizaje adquirido al interactuar con diferentes culturas y el valor de entender y adaptar lo positivo de cada país.
Finalmente, desmintió la idea de pertenecer a las “élites” o “clases de los apellidos” mencionadas por el gobierno. “No soy de los apellidos. Mi familia luchó mucho para salir adelante, y yo trato de compartir lo que tengo con los demás,” afirmó, reafirmando su identidad como una mujer de clase trabajadora que sigue comprometida con el bienestar de su país.