(01 de abril del 2024. El Venezolano).- Enrique Márquez siempre ha defendido la vía electoral como la manera de sacar a Venezuela de la larga noche autoritaria en la que se encuentra. Cuando los antichavistas defendían de forma mayoritaria no concurrir a las elecciones para no legitimar a Nicolás Maduro, Márquez les llevaba la contraria como un kamikaze que conduce en dirección opuesta por una autopista. Creía que el abstencionismo era un error. Aquello le costó más de un disgusto.
Lo expulsaron del partido un Nuevo Tiempo y le acusaron de hacerle el juego al chavismo y de ser un oficialista encubierto. Él se mantuvo recto y sereno. Fue, más tarde, uno de los dos opositores que integró el chavismo en el Comité Nacional Electoral (CNE) y organizó las elecciones regionales de 2021.
La oposición, en este último año, ha cambiado de táctica y confía en derrotar en las urnas a Maduro. Se puede decir que el mundo opositor ha virado y se ha encontrado a Márquez donde estaba, sin haberse movido ni un milímetro.
Aunque reconoce que le falta proyección pública, se ha inscrito por sorpresa como candidato presidencial con el partido Centrados. Confía en demostrar el suficiente talante para que toda la oposición se aglutine a su alrededor y pueda vencer al chavismo, al que desalojaría del poder sin ánimo revanchista. Asegura que Venezuela necesita un periodo de paz y reconciliación después de años de enfrentamiento, de acuerdo a nota de El Pais.
Considera así que, la oposición venezolana es muy fuerte. “En cualquier otro país sometido a estas restricciones democráticas ya hubiera desaparecido. Durante la vida del presidente Hugo Chávez se mantuvo dentro de una acumulación de fuerzas. En 2010, todavía Chávez con vida, logró un triunfo importante en la Asamblea Nacional y tras su muerte, en 2015, ganamos las dos terceras partes. La estrategia fue la unidad y eso nos llevó a ganar alcaldías, escaños, regiones. Sin embargo, desde que está Maduro ha habido diferentes visiones de cómo enfrentarlo. Hay una violación de derechos humanos de forma sistemática y restricciones políticas muy fuertes. Fue un quiebre. Hubo divisiones, pero ahora ha dado un gran paso y la oposición ha dejado de ser abstencionista. Unidos, debemos buscar acuerdos, coincidencias programáticas y exhibirnos como una fuerza homogénea para aprovechar esta oportunidad histórica”.
De igual forma, puntualizó que, el chavismo ha perdido apoyo, “solo tiene un nueve o un diez por ciento. Pero le respondo a la anterior pregunta: sí es posible hacer oposición y mi candidatura tiene que ver con eso. No es fácil, es una vía crucis. Lo que le han hecho a María Corina Machado no tiene nombre —inhabilitarla—. No es solo ella, también está inhabilitado Capriles y cientos más. Tenemos un problema de déficit democrático. La oposición tiene que continuar. Si no, avanza el totalitarismo y el autoritarismo de la manera que lo ha hecho hasta ahora”.