(15 de marzo del 2024. El Venezolano).- Buena señal envía la reunión efectuada esta semana entre María Corina Machado (MCM), Omar Barbosa y Fernando Martínez Mótola quienes entregaron a la candidata una carta firmada por los partidos que integran la Plataforma de la Unidad Democrática (PUD), solicitándole una mayor coordinación en el análisis de los escenarios que se plantean con el cronograma electoral y el incumplimiento de buena parte de los temas acordados en Barbados.
Por: Carlos Tablante
Es evidente que el liderazgo de MCM va más allá de los partidos representados en la PUD cuya legitimidad se logró a partir de una elección primaria que organizó y ejecutó una comisión designada por la misma PUD. De manera que, formal y legítimamente, MCM es la candidata de todos los partidos allí representados, ya que su victoria en las primarias del 22 de octubre pasado fue la expresión del respaldo contundente y mayoritario de una ciudadanía que reclama con urgencia un cambio político para Venezuela.
Qué hacemos? La respuesta nos involucra a todos pero siendo MCM nuestra líder, tiene mayor responsabilidad para canalizar las discusiones y consultas que se vienen realizando en relación a los distintos escenarios posibles que nos mantengan en la ruta electoral sin abandonar la lucha por las condiciones y garantías para la realización de unas elecciones justas, libres y verificables.
El sentimiento de cambio es mayoritario. La violación sistemática de los derechos humanos, la escalada represiva y los resultados recientes de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de la UCAB, ratifican la emergencia humanitaria: pobreza extrema, desnutrición, colapso de los servicios públicos, inseguridad personal y desbordamiento de la delincuencia, etc.
Esta grave situación obliga a actuar en el fortalecimiento de una poderosa alternativa democrática que frene el continuismo del desastre madurista, que tiene que expresarse a través de un proyecto y una candidatura que deberíamos presentar entre el 21 y el 25 de marzo.
Por la urgencia del caso, la candidata ha suspendido las giras y su agenda está dedicada prioritariamente a lograr que se respete su derecho a presentarse como candidata presidencial. MCM y su comando han sido herméticos con relación al foco estratégico por las amenazas que acechan desde el lado del autócrata Maduro.
Sin embargo, en las próximas horas, si no se logra, incluso con respaldo internacional, que se pueda concretar su postulación como candidata, se tendrá que escoger otra candidatura, a través de un mecanismo que no existe y confiando en la inteligencia, el desprendimiento y la capacidad de negociación de la candidata y de los distintos actores sociales y políticos del país comprometido con el cambio.
La fecha del 28 de julio del cronograma del CNE para la realización de las elecciones presidenciales coincide, como ya sabemos, con la fecha de nacimiento de Hugo Chávez, lo cual pone en evidencia el fracaso del madurismo al tener que acudir a los símbolos de un chavismo que luce desgastado, triste y desmoralizado. Ya no hablan del super-bigote, designan a Rosa Inés presidenta de Inparques y en medio de serios problemas internos, envían a Diosdado al Zulia, todo esto para tratar de superar el 80% de rechazo de Maduro que reflejan todas las encuestas debido al fracaso del autócrata que ha empobrecido a la mayoría del país.
Al tratar de sustituir el pacto de Barbados con un cronograma electoral tan ajustado y sin acuerdo entre las partes, no se garantiza la pulcritud en el proceso electoral que nosotros hemos exigido y seguiremos exigiendo. Todavía el CNE no ha publicado el listado de las organizaciones políticas que podrían participar en la contienda y amenaza con usurpar las identidades de partidos y grupos de electores, a conveniencia del régimen. No se ha formalizado tampoco la invitación a los observadores internacionales: Centro Carter y Unión Europea.
Los partidos políticos que integran la PUD y su candidata MCM, actuando con desprendimiento y atendiendo a la urgencia nacional, tienen el deber de llegar a un acuerdo para asegurar el cumplimiento del mandato de la elección primaria del pasado 22 de octubre, siguiendo en la ruta electoral con una alternativa representativa del sentimiento de cambio mayoritario que hoy existe en Venezuela.
Debemos recordar que el 28 de julio, luego de la gran victoria de la alternativa del cambio, comenzaría un proceso complicado de negociación y transición hacia la democracia y el cumplimiento de la Constitución.
La toma de posesión de la presidenta o presidente electo se realizaría el 10 de enero de 2025. Es decir, que entre la elección y la toma de posesión habría un lapso de seis meses mientras se buscan acuerdos de gobernabilidad, con todos los poderes constituidos en contra, es decir, TSJ, AN, alto mando militar, gobernaciones y alcaldías controladas por el régimen. Además, 2025 daría inicio a otro cronograma electoral para elegir una nueva Asamblea Nacional, gobernaciones y alcaldías.Todo ello constituye, sin duda, un gran desafío para la alternativa democrática.
Finalmente, y como si fuera poco, algunos han planteado incluir en la transición la realización de una asamblea constituyente. Por el contrario, nosotros creemos que lo prioritario, luego de ganar las elecciones presidenciales, es obtener una gran victoria en la elección de la próxima Asamblea Nacional y a partir de esa acumulación de fuerzas, avanzar con los liderazgos regionales en la conquista de esos espacios para negociar los alcances de un proceso de amnistía, a través de la ley respectiva, que permita asegurar la reconciliación, y por lo tanto, la paz del país.