(31 de enero del 2024. El Venezolano).- Nadie duda que las elecciones del próximo domingo 4 de febrero en El Salvador van a darle la victoria nuevamente al presidente Nayib Bukele. Tampoco que su partido, Nuevas Ideas, volverá a tener mayorías en el Congreso. Pero a juzgar por las encuestas, algunos analistas incluso se animan a marcar el fuerte riesgo de que el país se transforme en un sistema de partido hegemónico, con una oposición reducida a la mínima expresión.
En las últimas horas incluso, el mandatario informó que, tras una reforma, los salvadoreños en el exterior podrán participar en el proceso electoral.
Según las últimas encuestas publicadas en El Salvador, Bukele tiene una intención de voto de entre el 70,9% y el 81,9%. Uno de esos sondeos, el del consorcio de organizaciones denominado “Observa El Salvador 2024″, proyecta que Nuevas Ideas tendrá 57 de los 60 diputados.
Los partidos que aspiran a tener al menos una presencia muy reducida en el Congreso son la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Los que posiblemente desaparezcan y no cuenten con representación parlamentaria serán los partidos Vamos, Nuestro Tiempo, el Partido de Concertación Nacional (PCN), Fuerza Solidaria y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Del evento organizado por el centro de pensamiento de Washington también participaron los salvadoreños Máximo Zaldívar, director regional para América Latina y el Caribe de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales y Leonor Arteaga, directora de programas en la Fundación para el Debido Proceso Legal.
Si bien la Constitución de El Salvador prohíbe a texto expreso la reelección presidencial, luego de ganar las elecciones de mitad de período que renovaron el Congreso y le otorgaron una súper mayoría al partido de Bukele, el oficialismo sustituyó a los magistrados de la Sala Constitucional que luego reinterpretaron la Carta Magna para habilitar la reelección.
Infobae reseñó que el presidente, que por la campaña electoral pidió licencia de seis meses, tiene altos índices de popularidad dado que con su política de mano dura ante las maras logró reducir drásticamente los índices de criminalidad y mejorar la seguridad pública, aunque limitando derechos y con un régimen de excepción que está cerca de cumplir dos años.