(24 de junio del 2023. El Venezolano).- El análisis de la marginalidad y sus más de 30 formas presentes en los asentamientos no programados y/o invasiones resulta complejo, por lo que en esta oportunidad me voy a referir única y exclusivamente a una condición inhumana y trágica, creada por el mismo gobierno en los desarrollos inmobiliarios de alta densidad de Misión Vivienda, donde las fallas de servicios y mantenimiento obligan a las familias a subir y bajar varios pisos por falta de ascensores.
Por Guillermo Bello Vicentini
Comienzo con los adultos mayores, quienes viven la desdicha de pasar largos periodos de tiempo sin bajar a tierra firme por la imposibilidad física de volver a subir de nuevo. El proceso de acarrear agua y bombonas de gas en el hombro varios pisos es de jovenes atleticos que colaboran o cobran por ello. La subida de alimentos es una pesadilla diaria por lo exigente que es movilizar un máximo de 3-5 kilos en cada mano o en pequeñas mochilas, además del peligro que representa ser interceptado en el trayecto. Las áreas sociales y pasillos no cuentan con alumbrado suficiente y llegar o salir de noche aumenta el riesgo, en especial cuando no se paga peaje de «acompañamiento o vigilancia». La basura es otro problema similar.
Estas calamidades violan los Derechos Humanos y la Constitución venezolana, debido a la relación entre los derechos sociales y el bienestar. Pero, por desgracia están desamparados legalmente porque no no poseen documento de propiedad ni de condominio; viven bajo la Espada de Damocles o «carta de asignación de vivienda»(*) la cual representa la única formalidad legal para vivir prestado o arrimado. Un control ciudadano que emerge como nueva forma de esclavitud moderna.
En estos desarrollos habitacionales existe una alcabala o punto de control integrado por consejos comunales, comités ultra familiar y/o patriotas cooperantes que actúan como manipuladores sociales recordando a los asignados las instrucciones de conducta y comportamiento, mantienen el informe de entrada-salida de personas y bienes y tienen la autoridad para la elaboración de listas de entrega de bombonas de gas y bolsas clap. Los niños sin áreas deportivas ni parques, son adoctrinados y obligados a convivir con sus propios verdugos de libertad. Mi conclusión sobre la informacion obtenida de los propios asignados es que viven en marginalidad, desamparo y peligro… un infortunio silente las VIVIENDAS DE MARGINALIDAD VERTICAL.