(29 de mayo del 2023. El Venezolano).- La deserción en las universidades ha obligado a las casas de estudio a cambiar sus mecanismos de ingreso. Según el estudio “Cobertura Educativa en Venezuela” para 2019, 775.000 de los 3.136.000 jóvenes entre 18 y 24 años estaban en las universidades.
Resultados como este han motivado a casas de estudio como la ULA Táchira, a variar las estrategias. De acuerdo a su vicerrector y decano, Omar Pérez, a esta universidad se ingresa por las vías de alto rendimiento, artista destacado y las pruebas de selección.
Pérez hace hincapié en que estas pruebas siguen unos lineamientos específicos y no abarcan a todas las carreras.
Dichas pruebas son especializadas y hechas por un grupo de especialistas, pero el vicerrector destaca que en los últimos años han ingresado muchos estudiantes con un bajo rendimiento, producto de las debilidades que presenta tanto la educación inicial como el bachillerato.
“Esto no se hace en todas las carreras porque lamentablemente en carreras donde hay 130 cupos disponibles se postulan 7 alumnos”.
Para Pérez aplicar pruebas en situaciones como esta no tiene sentido alguno. Esto en el caso de carreras como: Matemáticas, castellano y literatura. Sin embargo, una lleva la delantera y es la educación. “Es en donde están los casos más graves” y el vicerrector lo entiende en vista de la terrible coyuntura que viven los educadores, entre malos salarios, nulas reivindicaciones y el abandono por parte del gobierno central.
Sin embargo, carreras como: Comunicación social, idiomas modernos y medicina tienen su forma particular para ingresar. En el caso de Medicina el vicerrector explica que se realiza una prueba psicológica que arroja si la persona es recomendada o no, una vez aprobado debe realizar la prueba de conocimiento.
Este año se solicitó que el ingreso fuese en mayor medida por alto rendimiento, lo cual permitiría a los estudiantes con mejores calificaciones tener un ingreso sencillo en las carreras más complejas.
Para Amalio Belmonte, secretario de la Universidad Central de Venezuela las modalidades de ingresos son importantes, sin embargo, ya en 2015 informaba que el “ingreso masificado y sin exigencias no se corresponde a la verdadera misión de la universidad”
A su juicio y de acuerdo a lo reflejado en la carta, si ese es el norte para la educación superior por parte del gobierno, habría que mirar en profundidad el Sistema Educativo Nacional.
“Corresponde al gobierno crear las condiciones para que los factores socioeconómicos y educativos externos a las Universidades dejen de ser obstáculos para el ingreso a los estudios de educación superior”.
Por si fuera poco Belmonte opina que “un desafío en el tema de la expansión del acceso a la educación universitaria es el de garantizar que los egresados puedan desarrollar su capacidad profesional mediante empleos de calidad. La buena educación no asegura per se la realización individual. para ello es indispensable “la combinación de políticas educativas de cantidad y calidad con políticas económicas acertadas que estimulen la productividad y el desarrollo”.
Esto que explica el actual candidato a rector de la UCV justifica la poca intención de ingresos en carreras que para muchos no generan ingresos.
Desde Todos por la Educación Aragua, Gabriel Díaz, expresó que hace muchos años la Universidad Pedagógica Experimental Libertadores dejó de realizar pruebas internas.
“Lo que tenemos es una serie de preguntas en la preinscripción online, para ver sus niveles de cultura general, pero no es una prueba interna como tal. Ahí también se evalúan las cualidades psicológicas”, expresa Díaz quien luego afirma que a pesar de este filtro todos entran por la poca cantidad de postulaciones.
De hecho, Díaz precisa que las únicas carrera en la que hacen prueba es a los de Educación Física, en vista que necesitan medir sus cualidades en el deporte, así como en música, en donde los ponen a tocar instrumentos para evaluar su capacidad.
Según Díaz, 90% ingresa, luego pasan por un curso introductorio que se aplica desde hace dos años porque la universidad detectó el bajo rendimiento de los ingresos. “Ahí se les motiva, se les pule, dejándolos en una mejor posición académica, porque antes “80% de los que ingresaban desertaban entonces la universidad debe trabajar aún más”.
Díaz como líder de Todos por la Educación también maneja información de la Universidad de Carabobo, núcleo Aragua, conocido también como La Morita. “Ahí si hay prueba interna, pero es una prueba que se aplica luego de pasar por un curso introductorio en el cual puedes ingresar con notas de 10 para arriba”.
Armando Díaz, miembro de Todos por la Educación en Carabobo concluyó en marzo su maestría en Ciencias Políticas y Administración Pública, pero cuando se inscribió en este postgrado su mayor temor eran los procesos de admisión.
“Se suponía que uno tenía que pasar por dos entrevistas en donde evaluaban tu experiencia laboral, tus intereses y proyección en el futuro, incluso había otra prueba la cual era en inglés, porque te exigían hablar otro idioma, pero cuando fui a entregar todos los requisitos me informaron de algo totalmente diferente”.
Díaz explica que le pidieron los $80 de la inscripción y los demás papeles y cuando preguntó cuándo serían las entrevistas el encargado le respondió. “Con esto no hace falta hacer las pruebas ya estás adentro, bienvenido”.
En aquel entonces Diaz se sintió como si lo que importara fuera solo el dinero, luego entendió que más allá del dinero era la poca cantidad de personas postulándose. “No había necesidad de hacer filtros, para la universidad actual es una bendición tener gente queriendo estudiar. El día de mi graduación había doctorados, maestrías y especialidades en donde sí se graduaban dos, era mucho”.
Para la profesora Petrica Aguilera, coordinadora del despacho decanal de la Universidad de Oriente, núcleo Nueva Esparta, muchas de las universidades autónomas venezolanas no están realizando pruebas internas, o como ella las llama, pruebas diagnóstico.
En el núcleo de Nueva Esparta se ven carreras como Hotelería y Turismo, ciencias administrativas, ingeniería, informática, estadística, enfermería y desde octubre de 2022 iniciaron medicina, también hay áreas como la de Sociohumanidades que existen pero no tienen aún carreras adscritas.
Como requisitos esenciales de esta universidad destacan el estar inscrito en el sistema de la OPSU y los promedios, como índice para discernir quién está preparado y quién no, “Luego se llama al proceso de inscripción. Esto se aplica en toda la UDO”.
A diferencia de otras universidades la UDO ha sufrido un incremento en la matrícula. Teniendo como 2018 el inicio de la disminución de la cantidad de estudiantes. “Ese año ingresaron solo 100 y eso se mantuvo en 2019 y en 2020 por la pandemia no hubo ingresos”.
Para 2022 la matrícula subió a 750 nuevos estudiantes aunque su capacidad es de poco más de 600. “Es esperanzador porque eso dice que los jóvenes quieren estudiar”.
Aunque Enfermería e informática son las carreras más demandadas en Educación Integral la historia es otra algo que no se perfilaba así en 2017 cuando era una de las más solicitadas.
Para 2023 en la UDO Nueva Esparta ingresaron más de 500 nuevos estudiantes.
“Lo que pasa con las pruebas de ingreso es que debido a la situación país el ministerio de Educación Superior decidió eliminarlas”.
Petrica Aguilar opina que los criterios para eliminar las pruebas obedecen a la idea de que sin pruebas más estudiantes pueden ingresar. “De hecho tu lo ves en una carrera o un salón, empiezan 40 y en la medida que avanzan van quedando menos y menos porque descubren que no era su carrera y eso lo ves en maestría y doctorado”.
Aunque ahora ingresan más, eso no es garantía de que los estudiantes tengan el perfil requerido. “Nosotros estamos en la labor de ayudarlos como docentes para que puedan lograr sus objetivos, porque el que quiere estudiar supera cualquier limitación que tenga de primaria o bachillerato”.
Pero no todos lo logran, Aguilar lo vio reflejado en sus compañeros, aspirantes a doctor en Patrimonio Cultural de la Universidad de Margarita, empezamos 21 y terminaron 5.
Ante las dificultades para ingresar a las universidades se han creado algunos programas como el Samuel Robinson en la Universidad Central de Venezuela son ejemplo de ello y Larry Tadino, profesor dentro de este programa explica un poco de que va.
Dicho programa es una opción de admisión, la cual busca mejorar la calidad y hacer más equitativo el ingreso a la UCV.
Durante un año, se preparan a los aspirantes para que entren más capacitados a sus carreras de preferencia. Lejos de lo que se puede pensar el Programa Samuel Robinson data de 1997.
A diferencia de las universidades anteriormente mencionadas la Central mantiene sus pruebas de ingreso bajo el nombre de Sistema de Ingreso por Mérito Académico y Diagnóstico Integral (Simadi) “Vino a sustituir a las antiguas pruebas internas”, recalca Tadino quien explica que ahora esta prueba diagnóstico se realiza vía online, por las dificultades de aquellos que vienen de las regiones para trasladarse a la capital.
El Simadi lleva aplicándose más de 5 años y abarca a todas las carreras sin importar si son de alta demanda como psicología y medicina, o poca demanda como archivología, incluso derecho que luego de tener una matrícula de 5.000 estudiantes hoy por hoy no llega a los 2.000.
Dicha prueba mantiene las evaluaciones de razonamiento verbal y lógico y anexa la evaluación del promedio de notas desde 1er año de bachillerato hasta el 4to año.
Sin embargo, ni el programa Samuel Robinson, ni el Simadi logran resolver algo que para Tadino es el talón de aquiles del ingreso en la UCV y es aquellos estudiantes que ya poseen una carrera y quieren optar por otra.
“Es excluyente. No te sabría responder cómo hacer porque yo tengo 10 años como profesor y quiero estudiar antropología y no lo he logrado a este punto ya desistí. Si alomejor estudiara dos carreras en simultáneo la historia sería otra, pero yo tengo dos carreras y quiero la tercera y pues no puedo”.
Esto no pasa con Armando Díaz, de Todos por la Educación Carabobo, “Justamente acabo de pagar $40 más Bs 100 para entrar al curso introductorio de derecho. No hubo ningún problema, en junio empiezo”.