(08 de julio del 2019. El Venezolano).-Los protocolos de Minnesota y Estambul constituyen procedimientos a aplicarse en los ámbitos de una muerte ilícita, virtualmente; en el caso que nos ocupa, en relación con las muertes bajo custodia del Estado, así como la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, guía que contiene los lineamientos con estándares internacionales en derechos humanos para la valoración médica y psicológica de toda persona que se presuma o haya sido víctima de tortura o de algún mal trato, para lo cual se impone realizar una indagación psicosocial puesto que los casos se diferencian. Dispone de un manual sobre las situaciones señaladas, redactado por expertos de diferentes organizaciones y países con la aquiescencia del ACNUDH en 8/1999 y adoptado en 2000.
El Protocolo de Minnesota es el documento modelo para la investigación legal de ejecuciones extrajudiciales y sumarias, que recomienda el ACNUDH a fin de investigar crímenes de lesa humanidad en los que se han consumado ejecuciones volubles, sin que los funcionarios incursos puedan actuar o influir sobre el pesquisaje, para lo cual recomienda se constituya una comisión investigadora idónea, con recursos y facultades amplias, además de la opción de recurrir a la ayuda de expertos internacionales en ciencias jurídicas, médicas y forenses; este protocolo incluye, también, un modelo de exhumación y análisis de restos óseos, a fin de que puedan
seguirlo, aparte de los profesionales analistas, las partes involucradas, los medios de comunicación social, la ciudadanía en general y todo observador, a fin de incrementar la nitidez del caso.
Viene a colación evocar estos protocolos en virtud de los casos del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo (29/6/2019), así como el del concejal Fernando Alberto Albán Salazar (8/10/2018) por presunta ejecución a manos de agentes del Estado, cuyos decesos ocurrieron durante
custodia bajo el Estado.
Infortunadanente, al efectuar, grosso modo, una sociografía acerca de nuestros derechos humanos, así como de otros hechos, tales como: el diferimiento de los contactos de paz con Maduro más la violación flagrante de los mismos, nos ubican ante un retroceso preocupante, e
inexplicable. Queda en manos de la Comisión de Política Interior de la AN diligenciar ante la ACNUDH la aplicación de estos protocolos.