(18 de septiembre del 2022. El Venezolano).- Miles de policías, cientos de soldados y un ejército de funcionarios ultimaban los preparativos el domingo para el funeral de estado de la reina Isabel II, una demostración espectacular de luto nacional que también sería la mayor reunión de líderes mundiales en años.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros dignatarios llegaban a Londres para el funeral, al que han sido invitados unos 500 miembros de familias reales, jefes de estado y de gobierno de todo el mundo.
Miles de personas seguían haciendo fila a todas horas para pasar ante el ataúd de la reina en el Salón de Westminster del Parlamento pese a las frías temperaturas nocturnas y esperas de hasta 17 horas. Los ocho nietos de la reina, liderados por el heredero al trono, el príncipe Guillermo, se colocaron en torno al ataúd con la cabeza inclinada durante una vigilia silenciosa el sábado por la noche, reseñó AP.
Se esperaba que la fila, que se extendía varias millas, se cerrara a los recién llegados más tarde el domingo para que todos los que esperaban pudieran pasar ante el féretro antes del lunes por la mañana, cuando se trasladaría en un carro de armas hasta la Abadía de Westminster para el funeral de la reina.
Se esperaba que gente de toda Gran Bretaña guardara el domingo por la noche un minuto de silencio en recuerdo de la reina, que falleció el 8 de septiembre a los 96 años tras 70 años en el trono. El lunes se declaró feriado nacional y el funeral se emitiría en vivo a una enorme audiencia televisiva, así como en pantallas en parques y espacios públicos en todo el país.
Miles de policías de todo el país trabajarían en la mayor operación policial de un día en la historia de Londres.
Camila, la nueva reina consorte, rindió homenaje a Isabel II en un mensaje en video en el que dijo que la reina “se labró su propio papel” como una “mujer solitaria” en un panorama global dominado por hombres.
“Siempre recordaré su sonrisa. Esa sonrisa es inolvidable”, dijo Camila, esposa del rey Carlos III.
Una marea de gente seguía llegando al Salón de Westminster del Parlamento, donde se había colocado el estandarte real y una corona de diamantes sobre el ataúd. El número de dolientes ha crecido sin parar desde que se abrió el acceso al público el miércoles, con una fila de al menos ocho kilómetros (cinco millas) a lo largo del Río Támesis y hacia el Parque Southwark en el sureste de la ciudad.