(27 de junio del 2021. El Venezolano).- El Día Nacional del Periodista en Venezuela se celebra el 27 de junio desde 1965. Este día es un reconocimiento a la labor que los periodistas realizan en pro de la libertad y la veracidad. No obstante, en el país la realidad se tuerce drásticamente tras sistemáticos ataques a la prensa y a la libertad de expresión.
Sin embargo, la historia de este día empieza en 1964, desde el Cuartel San Carlos, donde se encontraba preso, Guillermo García Ponce propuso vía comunicado a la Cuarta Convención Nacional de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) la propuesta de celebrar el Día del Periodista el 27 de junio de cada año, en homenaje a la puesta en circulación de primer ejemplar del Correo del Orinoco, órgano informativo y propagandístico, fundado por el Libertador en 1818. Es así que desde 1965 se celebra el Día Nacional del Periodista en Venezuela el 27 de junio, en reconocimiento a la labor que los periodistas realizan a favor de la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura.
Importante referir que originalmente, el Día Nacional del Periodista se conmemoraba el 24 de octubre junto al Día del Trabajador Gráfico, debido a la primera edición de “La Gazeta de Caracas” en 1808.
Según el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). Las violaciones a la libertad de expresión estuvieron marcadas por la nueva coyuntura política que representaba Juan Guaidó. Ahora, 2020 podría ser aún peor en medio de la pandemia, ya que la censura va en aumento y no solo persigue a los políticos de oposición, sino a cualquiera que contradiga el imparte oficial del chavismo sobre la COVID-19 en Venezuela.
El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) coincide en que en 2019 surgieron nuevas modalidades de censura. En su informe anual lo denominaron «Autoritarismo Digital», ya que la investigación demostró que las 191 alertas de restricciones a los derechos digitales vinieron directamente desde el Estado. La directora de IPYS en Venezuela, Marianela Balbi, detalló que «las violaciones a las garantías en la red comprendieron restricciones de acceso a internet, ataques a los servidores de portales informativos y acciones intimidatorias hacia periodistas, bloqueos a portales de noticias y plataformas de redes sociales», entre otras.
De acuerdo a la Organización No Gubernamental Espacio Público, durante el 2020 en Venezuela se registraron más de 990 violaciones a la libertad de expresión, siendo los patrones más frecuentes “la intimidación, la censura y las restricciones administrativas”.
Iniciando 2021 el chavismo dio rienda suelta a su brazo censor y arremetió contra el medio digital VPI Tv, estos anunciaron el cese “momentáneo” de sus operaciones en el país, después de que, organismos del gobierno en disputa incautaran todos sus equipos y clausurara los estudios sin dar detalles sobre los motivos de la medida. VIP TV en un comunicado sostuvo que las medidas causan indefensión porque no hay garantía de derecho a la defensa, debido a que se traduce en una pena anticipada y pone en riesgo el sustento de más de 100 empleados.
Meses después le tocó al emblemático diario El Nacional, quien fue acosado económicamente por ayuda del Tribunal Supremo de Justicia quien orquestado por Diosdado Cabello debió pagar una cuantiosa multa al Estado, confiscándole su cede en Los Cortijos de Lourdes, en el este de Caracas.
Sin embargo, la autocensura es otro mal que sufre el país. En abril del año 2017 Nicolás Maduro fue recibido con piedras por una multitud en San Félix, estado Bolívar. En el video publicado por el diputado Angel Medina, la molestia de la gente explotó cuando Maduro asomó su rostro por la ventana de una las camionetas. Sin embargo, este hecho no fue reseñado por los medios venezolanos.
En palabras del profesor argentino Phillip Kitzberger «Al menos desde la crisis de 2002, Hugo Chávez asumió una actitud retaliatoria que redujo significativamente su espacio. En 2004, la Asamblea Legislativa aprobó una ley de regulación de contenidos radiotelevisivos (ampliada en 2010 a medios electrónicos) con amplios márgenes discrecionales para sancionar potenciales coberturas críticas al gobierno. El presidente disciplinó o forzó la despolitización de medios críticos. Numerosas licencias de radio y de televisión de emisoras con línea crítica hacia el gobierno no fueron renovadas. El caso más emblemático y recordado es el de RCTV, una de las dos estaciones de televisión abierta de mayor audiencia, que quedó fuera del espacio radioeléctrico en 2007. A su vez, el gobierno propició cambios en la propiedad en otros medios, reorientó y restringió recursos estatales en función de la cobertura y amplió enormemente la oferta de medios estatales alineados con el oficialismo. El propio presidente se convirtió en comunicador central y sostuvo persistentemente una crítica pública a los medios centrada en denunciar el carácter antipopular de sus controlantes como forma de descalificación ante toda crítica. Desde su programa semanal, Aló Presidente, Chávez construyó un discurso sistemático en el que medios nacionales y extranjeros (especialmente estadounidenses) son denunciados, en clave populista, como parte de una coalición «oligárquico-imperialista» enemiga del pueblo venezolano. En este ambiente, los medios privados no dejaron de existir, pero se vieron obligados a operar en un ambiente restrictivo y expuestos a enormes presiones en el sentido de la autocensura».
Maduro recibió el testigo de su mentor y ha continuado la persecución, priorizando a al prensa internacional, bajo la excusa de una presunta imparcialidad que se escuda en el deseo del régimen de dar a conocer sus movimientos políticos en el exterior, mientras que a los medios nacionales o de tiraje opositor de les prohíbe el acceso y se les niega credenciales, como ocurrió el pasado 24 de junio cuando el equipo de esta redacción no le fue permitido el ingreso a Campo de Carabobo.