(08 de noviembre del 2021. El Venezolano).- Un alto porcentaje del exilio venezolano en diferentes partes del mundo se debe a persecución política o huida ante malas experiencias por culpa del hoy difunto Chávez y luego Maduro. Casi uno de cada tres venezolanos que emigraron a Estados Unidos sufre de trastorno de estrés postraumático (TEPT), un padecimiento que está llevando, incluso, a algunos de ellos a buscar refugio en el alcohol, advierten académicos estadounidenses que analizaron los impactos de la crisis de Venezuela en la salud mental de los protagonistas de ese dramático éxodo.
“Hemos encontrado tasas increíblemente altas de TEPT en venezolanos que viven en Miami y en Colombia. El 31% de los adultos que entrevistamos en Miami cumplieron los criterios de TEPT”, dijo Seth J. Schwartz, psicólogo y profesor de la Facultad de Educación para la Salud y Psicología de la Universidad de Texas, en una entrevista.
El académico analizó los impactos en la salud mental de casi 650 venezolanos que emigraron a Miami y Colombia junto con la investigadora Saskia Vos para la Universidad de Miami (UM). Para el estudio de la UM, Schwartz encuestó a cerca de 300 venezolanos que viven en Bogotá, Colombia, y a 339 en el sur de la Florida sobre sus razones para irse, así como sus sentimientos sobre sus nuevos países de residencia. El 21% de los venezolanos entrevistados en Colombia mostraban síntomas de TEPT.
Madre de Génesis Carmona aún llora a su hija asesinada por el régimen
El Nuevo Herald conversó con María Eugenia Tovar, madre de Génesis Carmona asesinada por funcionarios de Maduro durante una de las tantas olas de protestas registradas en el país tricolor. Joven modelo que tenía toda una vida por delante, pero las armas rojas rojitas acabaron con su vida.
Relata que pasó largas noches de insomnio con pensamientos repetitivos sobre lo ocurrido con su hija, perdió el apetito y estuvo sumergida en el oscuro túnel de la depresión que le impidió durante un periodo prolongado adaptarse a su vida en el exilio. Durante un año ella y sus otros tres hijos recibieron ayuda psicológica y terapia familiar en Miami, ciudad en la que se refugiaron, para poder apaciguar el dolor desgarrador que los carcomía por la muerte de Carmona y la persecución que sufrieron.
Tovar rememoraba las 24 horas al día la impotencia que sintió cuando su hija, de apenas 22 años de edad, estuvo en terapia intensiva en coma inducido, tras ser herida de bala en la cabeza durante una manifestación antigubernamental en Valencia, estado Carabobo para el año 2014. Al mismo tiempo, recibía amenazas. “Yo no contestaba el teléfono porque muchas personas se hacían pasar por periodistas. Las pocas veces que atendía me decían que recordara que tenía (otros) hijos. Una vez personas con armas en una camioneta nos persiguieron a mí y a mi hijo mayor. No quise perder otro hijo. Tuve que dejarlo todo y agarrar la maleta”, dijo en conversación con El Nuevo Herald.
Siete años después de la injusta muerte de su hija y el secuestro del cadáver durante unas horas, Tovar aún estalla en un llanto inconsolable cuando relata su experiencia. Ella forma parte de los miles de venezolanos que aun cuando consiguieron refugio en Estados Unidos mantienen profundas cicatrices psicológicas causadas por la brutal represión del régimen chavista.