(03 de noviembre del 2024. El Venezolano).- En los salones Orinoco y Miño del Hotel Hesperia WTC Valencia, se llevó a cabo este domingo la vigésima primera edición del Festival Gastronómico de Chefs Aficionados, un evento que combinó la pasión por la cocina con un propósito altruista: beneficiar a los programas sociales del Dividendo Voluntario para las Comunidades (DVC).
Con la participación de 40 stands de empresas e instituciones, el festival ofreció a unos 400 comensales una experiencia culinaria diversa y exquisita, con platos fuertes, aperitivos, cremas, dulces y mucho más. María Elena Barreto, directora ejecutiva del DVC, expresó su satisfacción por la alta concurrencia de este año, destacando que todo lo recaudado será destinado a los seis comedores infantiles y el consultorio médico de San Joaquín, que juntos impactan positivamente a 414 beneficiarios.
“Gracias al apoyo de estos chefs y a las personas que compraron sus entradas, esto es posible. Su contribución asegura que podamos continuar ayudando a los más vulnerables”, afirmó Barreto.
Durante el evento se comentó que se habían logrado vender unas quinientas entradas. Lo que evidencia el compromiso de los carabobeños con las causas más desfavorecidas.
Corina Prando explicó que se sentí contenta. «Esto es un ganar ganar, porque si, gasté $100 en dos entradas, pero sabes que ese dinero va a ser bien usado y luego, puedes comer todo lo que quieras. Espacios así hacen falta, música, comida caridad».
Las empresas participantes son variadas desde heladerías como Crema Helados hasta la seccional Carabobo de la patronal de empresarios venezolanos Fedecámaras.
Cada stand ofreció un tipo de comida como paellas, arroz chino, cachapas, tortas, chupes. Sin embargo probar de cada puesto era casi imposible. «Yo estaba hablando con una amiga y cuando me di la vuelta había unas colas enormes y me fui corriendo a los que tenían menos para comer».
La emoción era tal que muchos asistentes comían mientras hacían las colas, a la par que sus acompañantes tachaban la lista con los ofertantes.
El festival también sirvió para reforzar el compromiso del DVC con la comunidad. Según cifras ofrecidas por la organización, este año se han servido 77.805 almuerzos entre enero y octubre, beneficiando a 270 familias. El consultorio médico, por su parte, realiza un promedio de 100 consultas mensuales, enfocándose en prevención y educación en salud.
El festival no solo fue un banquete para los sentidos, sino también una muestra de cómo la solidaridad puede transformar vidas. La meta para 2025 es continuar expandiendo estos programas, y eventos como este son esenciales para lograrlo.
“Juntos seguimos sembrando ilusiones para un mañana mejor”, expresó Barreto.
Para quienes deseen colaborar, el DVC invita a participar en futuras iniciativas y contribuir a esta noble causa. Este domingo quedó demostrado que, con cada bocado, se puede construir un futuro más esperanzador.