(08 de abril del 2021. El Venezolano).- “El centro de la moral pasa porque el ser humano debe considerar a los otros individuos como fines en sí mismos y no como instrumentos.” Inmanuel Kant.
El tema de la sociedad civil ha sido de amplios y cada vez más profundos estudios tratando de precisar no sólo su significado sino además su ámbito de acción. En un sentido de simplificación extrema podríamos decir que al mundo de lo civil corresponde todo lo que no pertenece al ámbito militar que es muy preciso y peligroso, porque ellos poseen el monopolio de las armas.
Quizás la palabra clave para dar fuerza a la sociedad civil es “organización”. Nos asociamos para llevar a cabo acciones con distintos fines y propósitos lícitos y nos organizamos para el logro de los objetivos de manera eficiente y contundente. Es entonces cuando pasamos a ser parte de la sociedad civil organizada, de otra manera, es montonera, desorden, entropía y competencia absurda.
En Venezuela este tema cobra vigencia a partir de la gran crisis de los partidos políticos que permitió la fácil entronización de un grupo de resentidos sociales organizados para el asalto al poder, aprovechando la disyuntiva en que se encontraba el pueblo venezolano a finales de los años 90 del siglo pasado, el cual, si bien apoyaba irrestrictamente la democracia y el conjunto de valores asociados a ella, sentía al mismo tiempo un extendido rechazo hacia muchas de sus instituciones, sobre todo hacia los partidos políticos, en lo que se ha dado en llamar el fenómeno de la “desafección política”, consistente en “un estado de malestar difuso, mezcla de insatisfacción, distanciamiento, hastío y desconfianza respecto del funcionamiento del sistema político existente”, según expresó el profesor de la Universidad de los Andes, Roberto Zapata García en el año 2001.
Este sentimiento se ha intentado confundir equivocadamente con lo que se ha dado en llamar la “antipolítica” para referirse a la mayoría de los venezolanos que prefieren mantener su condición no militante en partidos políticos.
La crisis de los partidos políticos en Venezuela obligó a los ciudadanos a buscar nuevas y distintas formas de participación política, proliferando las ONG, Asambleas de Ciudadanos, Asociaciones Civiles, Fundaciones, etc. en una confusión de roles y en franca competencia con los partidos políticos, a quienes consideraron que habían dejado de ser los únicos interlocutores válidos entre los ciudadanos y el Estado. Un gran error en la historia política venezolana.
En las actuales circunstancias se presenta una nueva paradoja en la que los venezolanos
admitiendo que los partidos políticos son indispensables para el funcionamiento de la
democracia, demandan de ellos no solamente claras definiciones ideológicas y doctrinarias,
sino además, más democracia interna, menos personalismo, al igual que su reconocimiento
a otras expresiones de la sociedad civil, distintas a los partidos políticos para participar en
las decisiones trascendentales del país. La gran cantidad de venezolanos en diáspora por el
planeta, son el principal referente de esas exigencias que deben ser tomadas en cuenta
para no cometer los mismos errores.
La participación de la sociedad civil organizada debe estar enmarcada en el respeto a la no
militancia activa en partidos políticos, pero sí en la participación real y efectiva de
ciudadanos capaces, honestos y decentes, en la vida política de la nación, buscando
profundizar la democracia y fortalecer sus instituciones, derechos, y libertades.