(10 de junio del 2021. El Venezolano).- De manera sostenida la comunidad internacional ha señalado que es electoral la salida de la profunda crisis que desdibuja a Venezuela y la convierte en el país “más miserable” del planeta, a juzgar por sus índices de pobreza y destrucción. La vía electoral obliga a un acuerdo, nada fácil, con el régimen criminal usurpador, para convenir condiciones mínimas de equidad y transparencia, con observación internacional. No obstante la justicia universal, el enjuiciamiento de Maduro y el indispensable auto de detención que le sería dictado, al no presentarse a la Corte, podría ser la salida.
En mayor o menor grado los venezolanos guardamos y cultivamos la esperanza de “que haya justicia en La Haya”. Este es un deseo vehemente de un pueblo sediento de justicia, luego de haber visto destruir la patria en 20 años de sucesivo deterioro de nuestra realidad.Hoy somos o nos han convertido, en lo que nunca imaginamos podríamos ser, un pueblo que deambula por el mundo o que sufre en Venezuela la tragedia de la miseria y de los irresponsables criminales en ejercicio del poder usurpado.
En los próximos días habrá un cambio significativo en la Corte Penal Internacional, el 15 de junio se sentará por última vez en la silla del Fiscal la indigna señora Fatou Bensouda, quien por 18 años ha estado en la Fiscalía, primero como Fiscal adjunta (2003-2012), cuando a proposición del presidente de Argentina Néstor Kirchner, el doctor Luis Moreno Ocampo, del proyecto socialismo del siglo XXI, fue designado Fiscal de la Corte, quien sirvió a intereses políticos y no a la justicia. Los nueve años siguientes, que ahora culminan, la señora Fatou Bensouda, también del proyecto socialismo del siglo XXI, ha sido la Fiscal.
Ambos “echaron tierrita” a las gravísimas denuncias de crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen fatal los últimos años.Ni una sola investigación fue abierta en 18 años, ambos fiscales llevan sobre sus hombros la grave responsabilidad de haber tenido ante sus ojos un país que se está desmembrando, en el que seis millones de los suyos han tenido que ir a la diáspora, miles han sido asesinados y torturados y miles presos, con violación de sus derechos fundamentales, mientras el hambre y la enfermedad se apoderan de Venezuela, y ni una sola medida cautelar tomaron para frenar el crimen y comenzar a hacer justicia.Cuando escribimos estas reflexiones estamos en espera de una anunciada apertura oficial del expediente contra el régimen criminal de Maduro, a la cual se ha visto obligada la señora Bensouda, para tratar de lavarse la cara luego de 18 años de impunidad.
Ella sabe que en la silla en la cual está sentada ahora, asumirá el próximo 16 de junio el jurista inglés Karim Khan, actual subsecretario de Naciones Unidas, quien es en propiedad el primer Fiscal que tiene la Corte. Desesperadamente la señora Bensouda quiere evitar sentarse luego en el banquillo de los acusados de la CPI.De nuestra parte, en VenAmérica y en CICIVEN, en el Comité Internacional Contra la Impunidad en Venezuela, seguimos luchando porque haya justicia en La Haya, porque se enjuicie y condene a los criminales y a quienes los han protegido, permitiéndoles robarnos el país, hoy convertido en otra cosa.La esperanza sigue viva y crece con el pasar de los días, si bien sabemos que la justicia universal toma su tiempo y las sentencias no son tan expeditas como lo exige la hora.